sábado, 24 de mayo de 2008

Mi amigo

Mi amigo liberrimo admira los dos astros
en el manto azul de los versos diáfanos
y su desazón parece haberse ido con la brisa
cuando en la tierra abundaba la risa
en las cosechas de las lluvias hechas trizas

Quiero que llueva todo el dia bermellón
sobre las cabezas de mi amigo medallón
y la mía, roedor de los andrajos de diario
de los anchos jinetes de los equinos heridos
que caminan a cuestas por caminos perdidos

Los astros gruesos, ambos heliotropos,
caducan mirando a su superior, y en ellos me arropo
bajo el negro manto de la negra desgracia
pero no me abrigan con su alma rancia
en el inhóspito campo de campeadores y lanzas.

Mi amigo admira a los lejos a Acracia
y mira atras con lamentos sin falacias
ni tampoco tercos arrepentimientos
pues el sendero se abre, no te miento,
cuando su fuerza arde en el tiempo

Yo simplemente existo ahora
y dejo que me sobrepase la hora
de los porvenires y los pasares
mientras estos no me lleven a bares
para repetir la amargura en pares.

Ojalá nos suban los humos
a la yemas, saliendo de los puros
que fumen los grandes enajenados
para que los locos helados
plasmen sus dedos en nuestras manos.

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Por Liniers

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Alberto Montt