domingo, 11 de noviembre de 2007

El corazón y la canción



I


El corazón armado está
con un fusil emancipador.

De su sangre brotan extasiados
rojos puños alzados,
que golpeando el cielo
buscan instaurar
en un solo grito certero
la proclama popular.

Sus libertarios proyectiles
vuelan mártires
hacia el muro anti-social
que celosamente encierra
a la apenada igualdad

sus lágrimas silenciosas
riegan la tierra enajenada
y esta remese su cuerpo placar
con toda la ciencia
de aquel explosión singular,
la explosión de la conciencia.

II

Escucha que viene
la canción caminante.

Esta canción marcial
en su constante caminar
hace tomar las armas
para de la pirámide bajar
al cerdo explotador
y al autoritario y aprovechador.

Los hace caer de la lucha
para no levantarse más
y así encontrar la paz
de la nueva canción,
la común estación.

El génesis de la nueva estación
es inminente y creciente
y esta, una carta del remitente
para el que pueda cantar con fervorosa pasión
la proletaria canción
para el pueblo en la mente




domingo, 4 de noviembre de 2007

¡Vamos!


¡Vamos!
Yo te creía como un árbol,
duro y gigante,
mas me has mostrado
que eres como la hiedra,
parasito itinerante.

¡Vamos!
La vida ya se alza
en sentimental insurerreción
en contra de tus faltas,
perversa creación.

¡Yo voy!
Pues mi alma avanza
a la real resurreción,
a derrocar la palma
de la eterna detención.

¡Yo voy!
Sin reclamo ni rebaño,
sin las manos juntas;
mas me seco en el paño
el trabajo de las dudas

¡Te dejo atrás!
Episodio completo,
capítulo basura,
te odio con ternura,
golpe a mi armadura
de porcelana dura.

¡Si, ya no más!
Camino adelante
y ya veo cantante
el paso constante
del vuelo al volante.

¡Si, es el final!
Pues ya no más
Yo me voy
Y te dejo atrás
Camino falaz.





Por Liniers

Por Liniers

Alberto Montt