sábado, 27 de diciembre de 2008

¿Productos económicos?

El día de hoy, en el que el capitalismo cada vez da al mundo mas penurias y miserias, y cada vez va deshumanizando más al hombre, he empezado a percibir a mi alrededor, en los que han dejado de ser mis compañeros de colegio, las dudas sobre el futuro, sobre las carreras, las vocaciones y he encontrado en muchas voces no mas que impotencia y rabia contra la imposibilidad de elegir lo que uno puede llamar vocación.

Y entonces me di cuenta mas que nunca de la labor de la educación que ejerce el sistema, la cual consiste no en crear seres ricos culturalmente, si no que totalmente al revés, en crear mano de obra productiva y sumisa a los mandatos económicos, maquinas irracionales que solo sirven para producir dinero.De hecho, si tratan de persivirlo, la presión mediática y económica es tanta que hasta la misma sociedad alienada te tiende a empujar a cumplir sus expectativas, a ser mas productivo para la sociedad, y es ahí cuando te reducen a un simple billete, el cual no tiene derecho a expresar sentimientos ni necesidades, no mientras no seas productivo al capitalismo explotador y te sometas ante sus garras. Me pregunto si se han dado cuenta de cuantas vidas están dañando, cuantos talentos, cuantas alegrías están desechando, pues aquí tu propia voluntad no vale sino en tu propia conciencia, estas condenado a obedecer y a reprimir tus ganas de vivir. La verdad no deja de darme vueltas esta pregunta: ¿Por que hemos de ser serviles a la burguesía?

Ha calado tan a fondo esta concepción de educación y vocación, que afecta en cada una de las relaciones sociales existentes, desde el mas simple contacto de trabajo (que por lo mismo se transforma en relaciones totalmente verticales) hasta algo tan complejo como el amor, en el cual no se busca sino un ente productivo economicamente. O sea, según esto yo como ser humano voy a estar mucho mejor estando con una persona que tenga dinero y que no necesariamente me ame, a que con una persona que me entregue amor y que no siempre pueda mantenerme. A todo plano nos estamos minimizando a algo tan denigrante como lo es un valor económico. Han dejado de valer los valores-valga la redundancia-, y el mismo amor ha pasado a segundo plano. Todo este sistema económico ha proyectado sobre si una conciencia totalmente plutocrática, y nosotros realmente no nos damos cuenta.

Sería realmente bueno y bello que cada uno pudiese hacer lo que realmente quiere hacer, y que no solo un grupo pequeño lo pueda lograr. Que pudieramos decir, ¡Yo quiero hacer esto!, sin verguenza, y sin tener que temer que el mercado no reconozca tus talentos. Para esto tenemos que formar conciencia, rebelarnos en contra de la sociedad alienada, contra las concepciones de vida que nos incrustan los medios de comunicación y el mercado, y así al fin podremos recién empezar a crear los cimientos de una nueva sociedad y de un nuevo ser humano, donde el ser humano recupere su valor y su esencia, y se emancipe de una vez por todas de estas cadenas económicas y sea LIBRE.

jueves, 11 de diciembre de 2008

El desmundo de la noche

Labios escapistas,
estuve a una legua,
a un segundo
y a una noche,
mientras gritaban las alegorías
de un desmundo de mentiras
en pisos danzarines.

Corrían,
mientras sonreía
con la lejanía escondida
entre los muros implacables
de la noche tibia,
esclavizada al destiempo
de los polos y los cismas.

Saltaban y susurraban
a la muchedumbre de toxinas
sus desmundos, destiempos y desidias,
con desmodos desordenados
y desramos de des-lirios.

yo les digo:
me opongo al destino
y lo destierro de mi frente
para desbuscarlos y encontrarlos
en las deslomas de aquellos desmundos insolentes,
que me sonrien con derroches de sonrisas
en sus desenvainados rebotes.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Amanecer y la Libertad

A los amigos que
quizas se reconozcan aca




Eramos la Libertad
empecinada en ese contraste,
bajo algas que colgaban
a los brazos caidos.

Eramos la brisa desnuda y peluda
trotando por mescolanzas estrambóticas,
que mostraban el sendero hacia una mueca,
al parecer olvi-dada.

Eramos las rocas,
agitándose hacia la eternidad de las nubes
que navegaban en aquellas sonrisas diurnas.

Somos definitivamente inolvidables,
pues fuimos el amanecer en una ironía
y un vaso de aceite en un mar de apatía.

¡Salud!,
por los pantalones que cayeron y trotan
bajo la urbe de la eternidad,
bajo de sus nubes de nunca jamás,
bajo las llaves del suelo,
y con sus puños en vuelo,
para que sonrían en la ciudad.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Aureolina

Voy a inventar una palabra tuya
para tenerte en mis labios
y me creeré creacionista
al dibujarte en pasos,
mientras conversa conmigo
un perro con un tic nervioso.

Estrepófila Aureolina,
un pétalo en tus labios
y estratosféricas neologías
explotaron en tus lineas.

Pequeña Aureolina,
te dibujé en mis ojos un segundo.

Aureolina diafanténtica,
me dibujaste la tibia mañana
con tu risa.

Diafantosa petalídioa,
eres mis dedos,
eres un olor pasajero.

Aureolina cuspédica,
el sol vilipendea
mis pies en su trigal,
mis enanos en ruedas,
gastados y diestros
en la suela,
¡oh Aureolina!,
cuando mis lisonjas lejanas
no son sino tu piel
que seda la seda,
sedante de mis pequeñas hebras.

Mis ojos te esperan,
Aureolina de argentósfera esmeralda,
excelsa trina,
astro, sencillez, polifonía.

Mis sonetos destruidos
navegan en trescientas letrillas,
y crean un torbellino
que me mueve
en las curvas de los astros
de porcelana en masilla
y brillan en su pureza,
que ama a la fulgorosa retina
y trescientos que son dos
me hacen sentir
como la flor Aureolina
en su alma plateada
de cristales y encina.

Y ahora en tus cabellos miro
al mundo cantando torbellinos
de la melodia beldalina
la beldad en hielo,
la beldad sencilla,
hermosura, aureo asunto,
tu verdad Aureolina.

martes, 28 de octubre de 2008

Paseo luminario

Paseaban en las figuras
troncos zig-zagueantes
e iluminaban las voces
las sombreadas trifulcas
de sonrisas parlantes.

Las luciérnagas verbales
han plasmado en sus bocas
mis preguntas.

¿Cabrán mis regalías en sus alas?

Manos mansas,
acaricien las luces
y sientan que solo la luna nos separa.

Vean que fueron
los llanos vientos de octubre
los que nos contaron historias reconditas,
que compungidas ladraban
en aquellos vaivenes infinitos,
los susurros dulces de sus vivencias completas.

Así como también
chistaba el follaje en su espesura,
y limaba sus asperezas y locuras
en las cabelleras obscuras
de sus sábanas de letras.

Chocaban las risas y las sutilezas
en pequeñas arenas,
que eran el reloj de las liras ajenas,
prometiendo una concertación
de orquestas luminarias.

Vagando en las arcas celestiales
miro esa llama de lana de fuego,
que habla con ampolletas flotantes,
que son como mis páginas hiladas
en visperas del cielo bermellón,
borrón en dedo.

La veo tímido alejarse,
palabra y viento,
soplarme,
luz y ciego,
buscarme,
solo y lento,
entre cientos de cruces.

Dejame ciego en tus hazes
y me quedaré sentado
en la cresta del suelo
para admirar mas de cerca
la emanación omnipotente,
cantos inmortales
que brillan en las aladas melodías
de aquel retrato vivo de lo nuestro,
libertando a la noche de su ausencia
y a tu sonrisa del cielo lento.

sábado, 25 de octubre de 2008

La Jaula

Una sabionda jaula que emergió del baúl,
me encarceló en un escupo en ventarrón.

Vuela y vuela en tropeles
de lacios necios
hacia las bacuolas
de mi muralla.

¿Qué serían sus sonrisas de barrotes
sin mis desechas carcajadas?

Velos como lucen
sin sus mantas de arrebol,
que bordean los arrecifes de sus lunas
cuando no florecen los árboles
en sus alamedas.

Mira y no los pierdas,
que te lamentarás.

Escúchame,
que las tardes de la ingenuidad
nos llueven sin pensar.

Piensa las calles y las luces
antes de mirar
las ramas inmaculadas
del sauce lítico del pedregal,
pues sus ramas te abrigarán
sin palabras de covacha
ni de cotorra espacial.

Solo escucha sus ramas bailar,
y me hablarás de la lluvia
en tiempos de mar.

Escúchame que te escucho;
mírame y verás
que cadencias pinto mucho
en ladrillos de cristal
cuando canto en el estrecho
de mi muro
los pixeles de mi edad.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Jiden guords

Palabras escondidas
y manos desenfundadas
saltan en circulocos
alrededor de una pira caótica,
que tiene sombreros adquisitivos
con trucos nuevos y duros,
con malos olórares,
y sonrisas del porte
de una S dentada.

Bellos como debería ser usted,
me lamparean desde lejos,
y empujan un árbol a una pared
y entonces tropiezo
y olvido.

domingo, 19 de octubre de 2008

Esos rostros gastados

Hoy veamonos los rostros

Las enseñanzas se ven brutales
con latigos laborales.

Veamos como se paralizan,
infartan y mueren.

Me gustaría cantaros
con glorias marciales,
pero es inevitable ver
aquellas facciones masacradas
en el alba infantil y en los tinteros.

Quizás si ven sus siluetas,
las verán corriendo cerca de las literas,
reposando las explosiones
que los han subordinado
a la maratón eterna.

Me pregunto si ríen con decisión
o simplemente son exclamaciones efímeras
¿o emíferas?,
o simplemente siguen a sus ojos en duelo.

Vocación suicida,
te aclamo con lo más sincero,
y espero que tu fuerza
pequeña y divina
te alze algun día
de la ruina que te desfeca
con desidia
desde las grandes oficinas
y los bancos rayados,
para que renazcas
en gratitudes blancas
e intelectualidades de oro.

Y sin mas que parlar,
espero que este homenaje en vida
pueda significar
un descanzo para sus almas aguerridas
y que sus rostros rían,
aunque sea una ironía,
para poder pasear tranquilos,
aunque sea un dia,
por esta corta vida.

jueves, 16 de octubre de 2008

Una tragicomedia sombreada

Cara sombreada.

Injurias crepitantes
en labios ácidos y apretados.

Pisan y pesan las nubes
en los hombros
y en el fondo profundo
resuenan como comedia
esos disparos trágicos.

Es una sátira completa
que descubre las dificultades.

(El poeta se ríe)

Disparo, muerto, sermón,
Latas, lumbre, limón,
las gotas llueven,
y acabaron los ríos.

martes, 14 de octubre de 2008

Caminos primaverales

Son seis caminos caminados

Me saludan flores pasajeras,
una cara hermosa,
pájaros flotantes.

Parece una revolución
de pobladores de cerros
o de pintores naturalistas,
o de colores nudistas.

Saltan estornudos de tu bondad,
narices enrojecidas
y mis ojos te reciben.

Como un beso
los árboles despiertan.

Pateo una piedra,
esta florece
y las rocas son rozas

Es una z magistral.

Hago una cuna en tu regazo
y miro tus pensamientos claros.

Me gustaría pensar en celeste.

La tarde me inunda
y ahogado camino
a la casa de nadie.

Entro,
duermo
y florezco.

sábado, 11 de octubre de 2008

Pérdidas

Límpido suelo
que canta la gloria del trabajo,
¿Has visto algo perdido?

Pues no lo busco y lo encuentro

Soy un as de los tiempos
y objetos perdidos.

Me llaman a extraviarlos.

Seguro quieren viajar.

No los culpo,
son Libres.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Floral

Descanzo en faldeos floridos
e idos se ven los nardos
en los sueños de tu mirada inoportuna.

Me ciño a mi prudencia de blanquinegro poeta,
para que no pienses que quiero lunas
si me abro en brazos de lluvia.

¿Tu crees en los ojos perdidos
si los buscas en pestañas ajenas?

Yo me veo encontrado
entre flores multicolores
y unos robles cantan
bienvenidas de piedra

Una palma me saluda
si te miro de reojo
y yo miro solamente
con la luz carente de verdor.

Me quedo en el reojo.

Me bordea el sol si me requebrajo
y con mis estomas armo una fotosíntesis
de la noche en tus ojos marrón.

Hoy te reclamo a la luna,
y al fin me hundo sin temor.

Si, hoy me hundo en la luna
y me sumerjo con fervor

Hoy te pienso en la lluvia
y pienso que es lo mejor

Si, pienso a las una
y recuerdo que solo pensarte es mi error.

sábado, 4 de octubre de 2008

Dedosa Misión

¿Significo yo un dedo levantado?
¿Quizás el del medio?

¡No, quítate de en medio!
¡Gran frasco enmohecido
y conservador!

¡Yo hoy me siento un dedo que apunta,
otro que insulta,
otro que pregunta,
otro que responde,
y todos encogidos!

Soy un ladrón de mi cabeza
y bufón de mi nido
y de las estructuras.

Que me injurien.

Yo soy en ese caso
mil dedos altivos y alzados.

Mis dedos se ríen
y yo me río de mis dedos,
pues son grandes pensadores.

Me pregunto
¿Qué harán sus encefálicas palabras
al sentirse interpretadas?

Ahora los guardo en mi pantalón,
su oscuro y cálido panteón,
para que desde su cajón
empiecen la despedida
de su amigo albor
y debajo de un árbol sin heridas
emprendan una dedosa misión.

jueves, 2 de octubre de 2008

Sin Tetulio Críptico

Nerviosismo,
me recuerdo a mi mismo,
críptico,
un poco dislocado,
desesperado.

Recuerdo buscando tu iris en la oscuridad,
fastuoso pergamino de abismos
que limitan con el océano
bélico y profundo de mi inexistencia.

Huelo un cadaver,
olor a mi,
color que cae
como desagüe
frente al caudillo del cauce
oscuro que decae.

Me dijiste -¡Parla la prestanza de la daga prima,
que con sus enjutos dedos manoseó la yaga,
y la hizo cantar ojos y cebolla,
para que del alma, el alma exprima!-.

Yo me suicido y me calmo
y mis cuadros empalmo
si me olvido un poco
del paisaje que itinerante
me bordea constante.

Me golpéas, ¿Te encargo?
si la plancha de campo me plancha
yo me empacho de un chuño amargo
y me encumbro con hambre de descargo.

Descaro paradojal,
maldito castigo ocasional,
me construyes como explosión,
ficción de una jerga animal.

Elimino un aullido universal
y pienso que he de matar
la muerte con conjuros de sal,
sal de mi sangre, sangre letal.

Y materializarme en murmullos
razantes, polilla en arrullo,
para cabar en el aire
la herida, el dolor y el mal augurio.

martes, 30 de septiembre de 2008

Defensa de la Locura

Oh, mi querida Locura,
que son los sanos
sino algo corriente y ordinario,
algo común y cotidiano.

Que es la vida
sin un neuronal descalabro,
sin un puzzle mal armado,
sin una realidad torcida,
sin una corazonada invertida.

Quiero que la normalidad sea vencida
y sea abrazada por tu indiferente naturaleza.

Que desenfundemos todos nuestro gramo
de semillas de algo extraño,
extranjero, estulto, emocionado,
entonado en licores de mal grado,
menesteres mal sopesados,
abstracciones de magnos tamaños.

Para que lo reprimido
sea sobreexplotado
por nuestros complejos ecuménicos
de subjetivos dorados
y los manicomios sean las cárceles
para los enfermos que se dicen equilibrados.

Que sería el mundo sin depresivos y bipolares,
sin la neurosis y la esquizofrenia,
seríamos realmente un mundo en pena,
maquinaria bien manejada,
rebaño sin ovejas negras.

Prefiero la enfermedad
a la constante palabrería de mierda
de los perfectos discipulos de la anti-histeria,
que hacen historia con sus puñales de miseria,
titeres de los dueños del engranaje,
tecnócratas y mecanicistas verdes de los encajes,
glotones en lluvias magulladas
por la moral anticuada de la gran tijera,
cortadora de ojos y manos,
tortura sincera,
mentira glamorosa
para los sordos siervos de la gleba.

Te loquéo y me locuro.

Te lo juro
que si al mundo
se juzgara por ser mundo,
los normales abogarían con una estucada
-¡Qué loca que suena esta amortajada!-
al demandante de este asunto,
asertándole en el corazón al demandado,
y bajando su calzón desesperado
esperarían su merienda diaria.

¡Solo por su merienda diaria!
¡Un jarrón de diamantes y esmeraldas!
¡Que se las guarden en sus calzas de Damas!

Yo te defiendo y te difundo
pues el que no es loco, es difunto,
aunque este en lo oscuro
o en lo claro.

Asi también quiero haceros un reparo:
Que se te descubre,
se te busca y se te lanza,
pues escondido estas
en el corazón de las masas,
cuando chocan con cuadrados
injustos e idiotizados.

Te defiendo y lo haré
sinónimo de astucia,
de lo nuevo y de lucha
de pigmeos contra casuchas
de mil metros,
causa oculta por manos invisbles.

Te haré legible,
y si puedo enloqueceré
más que la cordura,
y asi emergeré
de este ente tétrico y basura;
te quiero con ternura
y asi siempre lo haré.

Pasión a la mayor figura,
la locura,
y ahora ¿qué?

sábado, 27 de septiembre de 2008

Uno de esos lejanos

Me remembras
que soy un individuo,
uno solo y no más que uno.

¡Por qué!
si tu aura debería redundar
en pequeños fulgores.

Me llueven las lunas fugaces,
y escurren como viento,
como un salto,
como una marejada
de destruidas botellas de vinagre,
agrio como nunca,
como la latencia del musgo
sobre los ojos humedecidos,
astros perdidos
en el bosque del infinito.

Oh, antítesis de lino,
me juegas un preludio violento
para embadurnarme a posteriori
de tus manos asesinas
y estrepitosas,
sin compasión.

Oh, gotas vacilantes,
me bailais burlezcas
traidoras
e inescrupulosas.

Yo me baño en tu oasis de luna
mientras las ánimas solitarias nos invaden.

¡Oh, ya no las quiero más!
¡Vayanse mejor al cielo!
¡Cuento mal contado
que ha caido
a mis pies enredado!

¡Ya mas no las quiero!,
yo ahora prefiero
la danza de la beldad,
la pura y blasfema verdad
que larga una sonrisa larga,
en un oculto haz
que me hara desaparecer
de la terrena faz.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Otro volcán

Estoy en la ladera de la erupción,
tamañas las fisuras de la boca coagulada,
soy el volcan de la destrucción,
con los bordes y mantas congeladas.

Tengo la necesidad envalentonada
si me queman en el furioso carbón,
o si me queman con la mirada
menguo y me hundo con fervor

Ya de ello me he acordado
y mis cimientos tiemblan
y me habla el terruño anonadado
sobre las abrazadoras siembras
que renovaron los sesgados
destructores porvenires de la niebla
y dejaronle moribundo y sosegado
debajo de la arbórea vereda
como hombre muerto y sepultado,
hijo de la inanición y de la edad en vela
y llora, eterno rezagado
los puñales y los cañones de cera.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Las llamas de septiembre

Brillan las llamas
que apagó el viento de septiembre,
huracán traicionero,
sediento de la felicidad de Nietzsche,
de lagrimas y sangre.

Yo las veo como brillan en mis manos,
pequeños fulgores asesinados.

Sus pasos se escuchan
en los canticos marciales
que exhalaron el respiro perpetuo
de la libertad.

Se escuchan adentro
de nuestras palpitaciones empuñadas,
como grito altivo,
como rojo incesante,
como brochas en los muros,
como fogatas humeantes.

No los hemos perdido.

Resuenan y sonarán
en los siglos venideros,
en las voces desenfundadas,
explosiones contestatarias,
y en mi pluma,
mientras la tierra
no dude de mi esperanzada cuna.

martes, 16 de septiembre de 2008

A una máquina de acordes perdidos

Te recuerdo en un sonido lejano.

Mis manos balbuceaban
un bossa nova cálido.

Eras mi amante preferida,
mi acompañamiento desde la niñez
hasta la esperanza de morir
en los brazos de la noche,
y yo acostado a tu lado
reía desfigurado
por tu figura perfecta
y tus recovecos finos y ondulados.

Yo te recuerdo
cuando mis dedos entonaban un Blues
y me sonreías
en una apasionada velada interminable.

De ti aprendí
que la improvisación
era del corazón,
sobre tu puente
de madera nativa y sonora
que enardecía mis melodías
y mi ideográfico tambor.

Te recuerdo sentada
sobre mi regazo,
sobre la locura,
sobre notas infinitas,
sobre la melancolía,
y tus cabellos metálicos
destruían mis dedos
que los acariciaban sin cesar.

Yo sin ti morí
para quedarme
en el cementerio de las luces.

Yo sin ti crecí
para el infierno de lo sublime.

Yo fui feliz sin tí
pero también contigo

¿Por qué le diste
amor constante y abrigo
a este zombie raquítico?

Yo te amo y te amé;
fuiste mi cómplice en las lunas
y mi enemigo en las tardes.

Serás mi grandeza y mi desastre,
y te recordaré al tocarte,
y me recordarás al recordarte
que mis cantos fueron ganas de desearte.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Emancipación equina

Refuto la fusta
con los mil caballos
que cabalgan
sobre las barreras carcelarias.

Equinos cortando el aire
con las plumas que traspasan
muros, alturas, gritos, esposas, matrimonios;
Cabellos maltratados,
heridas de guerra.

Alzamos nuestra naturaleza,
imagen romántica de la inexistencia de las monturas,
para desenmascararnos de aquellos dolores de columnas,
cruces obesas,
somos libres.

Somos lo que no quieres,
árbol podrido,
rosal sin rozas,
espino espinoso,
dolores y camisas de fuerza.

Yo la uso con gusto,
pero la locura no alcanza para una prenda.

Vuelan las tintas,
riéndose de tu prepotencia ignorante,
jinete del Leviatán,
caerás a los pies de tus carruajes
y descubrirás que el polvo
es algo inherente a tus dientes de oro.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Los Consejos de Letras y su huelga

Anton Pannekoek.

Mi sonrisa sediciosa.

Hojas saltonas y mal impresas.

Saltan martillos,
las letras se organizan
y se rebelan.

y vois - là

Nacieron los consejos de las letras
e hicieron una huelga

Q J I H B K Ñ
S Y U P Z L D
E N T O M A !
V G C F R W S

Y no pude seguir escribiendo.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Las Luces Trinan

Las luces trinan
cuando llueve tu ausencia,
caminante sombrío u oculto,
bajo la niebla enmudecida e imperecedera,
y son solo las letras inalcanzables
que hablan de las dimensiones vecinas o paralelas.

Trinan las luces
cuando pareces presente o lejana,
y perecen las caricias en la nada.

¡Líbrenme de lo inescrutable y lo intangible,
pequeños botones en flor!
Te veo en el horizonte montañoso
gritando a las brizas tus pétalos enajenados,
y los guardo en mi cálido regazo
cuando entre mis dedos los tomo.

Crepitan las cadencias que riman,
los rayos fulgurantes,
con las caminatas interminables
por trifulcas de pinturas
que se abrazan y se golpean.

¡Píntame la locura!
Yo quiero una pincelada
mas parecida a una orgía de atardeceres
esculpidos por tus teclas parlantes
y nuestros sueños,
duendes manifestantes.

Trina mi noche en el día,
y mi día en la noche
cuando truenan
los trombones de mi aurora,
los bólidos del norte,
y llueven con premura
en mis astros de ocre.

Navegan con valentía
sobre mantos o llanos,
relieves fertiles,
y mis campos plantados
sonríen en copihues abrazadores,
lozanos y voladores.

¡Brilla y grita distante!,
inmaculada e incoercible estrella,
para que te pueda admirar
desde mi banco cordillerano,
y asi descansaré en mis piernas,
desenmascararé al infinito
y me sentiré que no soy sino un pequeño
si te tengo en mi horizonte.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Versos Ebrios

I

Ebriedad magnánima,
yo soy un pequeño duende
ante estos vasos
de mil kilómetros de altura.

Soy un enano
y me superan
y derrotan,
gran ejercito romano,
ejercito armado
de burbujas etílicas,
y yo un pequeño borracho
en este mundo limpio,impecable,
impío,implacable,
de las mundanas verdades
de los tronos absolutos.

II

La infinitud me inunda
en danzas estrafalarias.

Yo soy la lucha
y ellos la guerra.

Nos funden en golpes
galác-etílicos y tabacaleros.

Soy la infinitud.

III

verborreas mareadas,
son nimbos llevados a la praxis
revelada por el materialismo.

Casualidades encausadas
en pulsiones gaseosas,
remarcan las palabras neológicas
que repiten las mágicas realidades
que son pragmáticas
para nuestros sentidos alienados
por elixires.

IV

Decadencia superflua, psicotrópica,
de las mentes brillantes.

Lágrimas mustias, elásticas,
que lamentan la noche,
la locura de mirarte,
de aspirarte
y saborearte,
gran paradoja de la festividad,
lenguas atrofiadas y suicidas
en ríos tridimensionales inexistentes.

domingo, 31 de agosto de 2008

La pluma que vomitó

Sois una pluma dicha por la lluvia
y por los próceres de la locura instantánea

Yo te miro solemnemente.

Eres la sonrisa numérica de Kirchoff,
cuando tu sangre cae en mis papeles
en rocas malgastadas,
y todo tropieza en tres maldiciones.

Yo solo sonrío
y recuerdo que algún día sonreí,
y fue un chiste sicodélico y polisemántico,
como el vómito censurador de esta pluma,
que vomitó mis palmas.

martes, 26 de agosto de 2008

Lejanía

Acordes resonantes me olvidaron en la oscuridad

Ecos redundan en la esquina de la silla,
que amortajó a la solitaria clemencia
y la hizo más decadente que de la visión la ausencia.

Te remembro sentado con los miembros caídos,
diría alicaído, plumicaído, y solamente caído,
mirándote en la lejanía de la descripción fangosa
de este corazón sísmico.

Fueron bellos aquellos días
en que mojaste los anhelos con tus rozas,
mis heliotropos con tus lianas fulgurantes,
y a mis rocas con tu fuego de doble filo.

Los de hoy son lapidarios
y tremendamente perdidos en las nupcias del vacío y la necesidad,
cuando veo que me falta el labio ascendente trepar por mi boca,
mis brazos y mis palmas blasfemar un trabalenguas corporal,
y simplemente un sentimiento.

¡Sí! Ya no siento tus brizas risueñas cuando corro
y espero solo correrme para tropezar
a propósito con aires tuyos
y caer de bruces y rabiosamente al suelo .

¿No habeis dislocado las alegorías
y las hicisteis manifestarse
en las manos del mundo?

¡Oh, manos pequeñas!
¿Donde estais?,
si te quedaste en pie
sobre las huellas del atardecer
¡Oh maldito desfallecer!

No te espero al buscarte
en la eternidad enjuta de la niebla,
espejismo lejano y confuso;
solo espero un respiro locuaz
que alimente mis fogatas
para mirar a la lejania
y aspirar en vela
la nueva tela
de la
piel.

viernes, 22 de agosto de 2008

martes, 19 de agosto de 2008

Asi habló la nada vetusta

Asi habló la calle vetusta
cuando tropezó corriendo
por gente mal pavimentada,
al sentarse en desordenados dientes
,apilados en las orillas
de los muebles blandos de la lujuria
y entre los recovecos
de las poco acogedoras fachadas,
construidas con los cueros curtidos
por las norias.

Así habló la luna vetusta
al optimizar su vista
con sus cristalinos,
lupas empecinadas en la mala percepción,
como el diente al frío.

Ellos no tienen la culpa,
es la deficiencia del que moldeó
en barro la imperfección.

Así habló el perro vetusto
al ver que su mascota
se dejaba estar
en unos papeles teñidos, manchados,
y en largas jornadas de observación.

Satirizaban la monotonía
de su experimentación;
la llamaron la vuelta del hombre.

Un elefante trafica los huesos prohibidos,
una ballena su carne,
un árbol sus pulmones,
que son talegos dobles,
prácticos para el nado
untado con el aceite
traficado por el lobo.

Le insisto señor empresario
y consumista empedernido,
esta mascota es un producto apetecible,
a pesar de su imperfección,
y si os preocupa lo que concierne a la legislación
somos gaviotas desencadenadas;
Así alguna vez habló la muerte vetusta.

Y la nada vetusta asi habló
al renegar de la vida justa,
de la muerte intrusa,
y de ambas
ante las mentes ilusas.

Y ahora hablo yo
bajo la concepción vetusta
que vive sobre sus cabezas
sumisas a la cordura
en este mundo volcado
en su puño con hielo,
golpeando y golpeando
a la alegria en el suelo.

viernes, 15 de agosto de 2008

El Macrobus y la obra de arte

Era inevitable encontrar solución al conflicto que el destino me deparaba con fin. Eran caminos con entradas embadurnadas y con locos trepando sobre la niebla, y dejando libre dos troncos que nacían del suelo.

-¡Atención señoras y señoras, el siguiente acto es una muestra de arte! Necesito una voluntaria que me quiera hacer el amor.

Entonces una mujer con aspecto frígido y alienado le introdujo su pene al actor. Yo estaba entre pasmado y empapándome de un fuego que huele a fenecer.

-¡Ahora viene lo trascendente de mi acto! - dijo el actor.

Sacó de su bolsillo eterno dos tapas multicolor y las hizo bailar tap de una forma tan sicodélica que el sol me saludó con una sonrisa.

Me paré de mi asiento, levanté mis brazos, por sobre la gente y por sobre mis brazos, y corrí desde el chofer hasta el último pasajero. Le pregunté como se llamaba y me dio un cigarro. Creo que las letras se refractaron con los pelos de un calvo. Le di las gracias, encendí el cigarro con la cascada que caía de un vidrio y le quemé el pelo al calvo. Y al fin viajó correctamente el mensaje, del cual el último pasajero en un grito rimbombante hizo una réplica:

-¡Juan Perez!

Me dije ¡Mierda!, conocí a una leyenda, y entonces le compre al centímetro sexual las tapas taperas y le regale a Juan Perez un machitún y él riendo me regaló una sonrisa amplia como la del sol. Sucedió que mientras bailaban las tapas, se materializó Caupolicán. Empaló al actor que era español y se bajo en san Diego a comprar libros. Entonces me senté y Juan Perez corrió a mostrarme un comic parlante del argentino Liniers. En el cuadernillo aparece un personaje azul, rectangular y esponjoso que es el amigo imaginario de un niño, y se llama Olga.

Yo me impresioné y cerré los ojos, y apareció Olga sin Martincito, y por ello me di cuenta que solo la soledad suele crear solemnes entidades tan solitarias como aquella. Y me heché a llorar al ver a Juan Perez con la soledad genialmente personificada y al español empalado, pues era la mayor obra de arte presente despues de el acto de hacer el amor.

Y veía que el fin se acercaba, y le dije hola, lo amarré a un fierro y a posteriori me bajé de aquella máquina suprauniversal con aquella obra de arte magistral que bajo de los sueños y nos fuimos caminando, pues tenía que llegar a mi casa, me esperaba en pie una sopa mágica que quita el calor y el frío.

Olga llevaba al español en su espalda mientras conversábamos sobre bombas incendiarias y manifestaciones con Juan Perez. Él me manifestó que él era como el común de la gente, y que por lo mismo prefería no pronunciarse ante el tema político. Yo le dije que lo entendía y en un abrir y cerrar de ojos él tenía una molotov en la mano. La lanzó a un cuartel de carabineros y nos echamos a correr. Ahí comprendí que Juan Perez era un personaje fuera de lo común.

Eran las 3 de la mañana y recordé que tenia que llamar a una amiga venezolana. Me contestó, le dije: hola amiga, te mando por teléfono a Olga y una ola de abrazos, adiós. Nos despedimos de Olga y este hizo el viaje intergaláctico por el cable telefónico hasta llegar a la casa de mi amiga, y le dio todos los abrazos que le mandé. Ella metió a Olga en su piano y acto seguido sonrió igual que el sol y Juan Perez.

Ahora entre Juan Perez y yo llevábamos al español. No supimos que hacer con él. Llegamos a la sabia conclusión de que lo diéramos en adopción para que desapareciera el tronco en la ficha. Nos despedimos y seguimos.

Caminando nos encontramos con el fin o Fin. Nos reconciliamos y nos abrazamos. Fin era bombero. Nos contó que mientras estaba en el Macrobus, por la radio cantaba un centroamericano sandunguero una canción que decía " que vengan los bomberos que me quemo" o algo así, y él, alarmado, se soltó del fierro, corrió desesperado y vio que un cuartel de carabineros estaba en llamas.

Sin mas que hacer, se bajó los pantalones y comenzó a orinar y cuando ya su vejiga estaba vacía, se metió los dedos a la boca y vomitó litros y litros de agua. Para la felicidad de las autoridades pudo apagar el incendio, hecho que posteriormente le reconocieron con el apodo de "manguera humana".

Decidimos con Fin ir a dejar a Juan Perez a su casa, pero nos dijo que no nos preocuparamos, porque tenía que ir al baño. Entonces nos despedimos y seguimos caminando. Llegando a casa recordé que no tenía llaves, entonces me tomé la cabeza con las dos manos, enojado, cerré los ojos, empezé a correr, me tropecé y cai de bruces al suelo. Abrí los ojos y vi a la hormiga cabezona con mis llaves. Le dije gracias y me levanté.

Después me despedí de Fin, mi amigo, vecino, bombero y enajenado, y me pude ir a dormir tranquilo. Me alegró el hecho de solucionar este conflicto con Fin.


(visiten www.porliniers.com y entenderan muchas cosas)

sábado, 9 de agosto de 2008

Oda al Toilette

Eres el reposo francés menos sutil
pero tu laxa naturaleza te hace el mas útil
con tus torbellinos enajenantes sobre tu cuerpo de marfíl
hoyo negro finito, ente antitético de los perfumes de París.

Son tus botes flotantes o hundidos
de madera corroída, por tus mares repartidos
los que fenecen en los ciclos repetitivos
de tus vísceras, conductos altivos,
que caen con presteza sobre los infiernos prohibidos.

Es paradójica la libertad de tus navegantes
pues de una cadena nace la marea, pileta poco elegante,
llegando así a sus destinos lejanos y redundantes,
paraísos pantanosos, cielos crípticos y abismantes.

Trono de ebrios, de pensantes y plebeyos,
salón de lectura,cotidiano culto asiento,
que no tiene ojos, ni se queja con lamentos,
es por eso que te escribo inspirador diáfano y bello.

Te escribo por que eres la mas grande creación,
lujo invaluable para nuestros culos de cartón;
no os preocupeis amigo, es de vida mi decisión,
me dices, toilette, con tu hermosa canción.


[feliz cumpleaños para mi =)]

martes, 5 de agosto de 2008

Las Máquinas Sometidas

Máquinas sometidas y esclavas del sin cesar de las frases que piensan tocar el cielo ,tartamudean ante las autoridades sacras las pseudo-salvaciones que emergieron de la superioridad fáctica y ficticia, las frases del sometimiento que nos crucificaron con las manos juntas y nos ataron con las sogas a los suelos más profundos del infierno; y supeditados a sus panzas corren a golpear sus vidas que son pecados bajo las miradas inconcecuentes de los hilados en oro, culos henchidos de tanta ostentación y que van de la mano del ejecutor y del monetario.

¡Muerte a la luz falaz y represora que nos quita la verdad! ¡Que renazcan en los ojos los arcoiris edificadores de la nueva ciudad! ¡Qué viva el hombre y que viva en la eternidad, eternidad terrenal, de la materia, en su dulce emancipar!

domingo, 3 de agosto de 2008

A memorias pasadas

He de recavar en mi memoria
signos de otros mas cuerdos dias.

Pero no los añoro,
sino que me vuelvo
y río
y me siento un loco,
y me siento poco.

Me siento
y recavo en mi memoria
y termino estirado
en el suelo de la historia.

viernes, 1 de agosto de 2008

Bombas

Estamos destruidos
y necesariamente destruidos,
encadenados y somnolientos.

¿Has visto la lluvia que cae
sobre los diáfanos ojos
y desde ellos sobre la solera?

¿No te has sentido cargado de gotas,
gotas explosivas y corrosivas
que se internan en tus bosques iluminados?

Malditos nos llueven

Es la empiria mutágena
regada por los cielos.

¿No te has dormido
bajo el alero
de los discursos prohibidos?

¡No te duermas hermano,
no te duermas!

¡Son tus labios amplificados
los que hacen a las placas
tiritar en el fuego!

¡No te duermas!

¡Son tus ojos la libertad!

¡Son la mano que ha de apretar la furia
y ha de reunirla en meteoritos
para que bailen sobre la pista
el canto del despertar!

¿Has visto caer las lágrimas
por su mejilla irritada?
¿Me has visto llorar?

La humanidad se fue corriendo
por el paraiso,
por los jardines colgantes
por la Atlántida.

Solo quedamos nosotros
y ellos nos llueven.

Pensé que éramos parte
de la historia escrita por las lluvias.

Pero nos levantamos aquí.
Nos han creado para destruirlos.

¿Qué hacemos?

Yo corro al viento con locura
y me declaro el diablo,
me declaro el fin del mundo.

Soy la destrucción,
una bomba activada con la existencia,
existencia deteriorada y suicida,
existencia no existencialista.

Esta es simplemente una pregunta,
no una respuesta.

La cuestión cuestionada
por mis pies y por mis puños
que golpean lo tétrico y lo absoluto,
lo impuesto y nunca cuestionado.

¿Bien?,
No existo sino en la inexistencia
este me ha respondido.

Solo mira al cielo
y mira como lloras
cuando caen sobre tus ojos
las variedades de ponzoña disfrazada.

Tú eres una bomba encerrada.

Tu auto-destrucción no existe
mas que en sus constituciones del bien.

Tú solo explota
en verborreas apasionadas
en subversiones lectoras
en los hechos escondidos,
pues la destrucción
es el arma que cae en la lluvia
sobre nuestros cabellos
desgreñados y sulfurados.

Tu destruye los obesos goterones,
las nubes oscuras
y los grandes eslabones,
y mas no te digo,
pero no me digas que no señalé tu gatillo.

Eres la destruccion de la destruccion
que nos carcome
la negacion de nuestra negación,
eres la sintesis de esta dialectica corrosiva
y la más grande creación.

Solo te queda explotar,
polvora emancipadora,
explotar para libertar
a nuestras almas opacadas
por las operaciones desoladoras
de los hilos que manejan tu caminar.



jueves, 31 de julio de 2008

Oculto

Se que estás por ahí,
tras hojas y hojas
de versos apasionados
que volaban por el atardecer
de los fuegos fugaces
y tras silencios
que no dejaban de pintar
en cadencias completas
las luces que brillaron
en los espejos acogedores
de ternuras lanosas
y esponjosas.

Quizás te mastiqué
y te defequé en algún lado,
pues no te encuentro.

Solo encuentro a tu antítesis en la nada,
y aquello no me interesa.

Te extraño tanto
en mis latidos exorbitantes
que exhalaban las rosas de mi felicidad.

Te extraño en mis cuadernos sin sentido,
cuando escribía a las nubes y al mar,
en los que nadaba sin treguas;
mas no extraño las penas,
no extraño sus cadenas.

Mi locura me ata ahora
a las veladas de las historias catastróficas
y a las vagancias terrenas.

Pero aun así,
se que estas por ahí,
pero ya no te espero
pues me desespero
al escuchar tus pasos vacilantes,
suspicazes,
por el pasillo,
desafiantes,
aquellos fuegos flotantes
con porta ligas
son pequeñas doradas espigas
que silban
cuando trotan los aires a destiempo.

Yo me desespero,
pues te busco y no te encuentro,
pequeña luna indomable e inalcanzable
que se levanta lejana sobre el infierno.

Es el invierno el que me abriga esta noche
al sumergirme impaciente en este coche
que no tiene aparente rumbo.

Solamente me derrumbo,
y ya no te espero
y quizas no te quiero,
mi amor profundo,
mi amor sincero,
prefiero la locura
que esperar cien años de nuevo.

martes, 29 de julio de 2008

Hoy y la muerte

Hoy celebramos la muerte
y nos alimentamos
de sonrisas vengativas
y de indiferencias

Hoy comemos charqui
y abrimos criptas
y reímos risas negras,
vampirezcas, malévolas
y ja ja ja.

Hoy es todo paraguas negro
y todos somos sombras
que cubrimos las vidas pasadas
y la carne inrresurrecta.

Hoy Lázaro y Jesús no existen,
solo la tierra y los gusanos,
y la tumba
y la ultratumba
y los lagrimales semi-automáticos
que bombardean las caras desformes o amorfas.

Hoy todos lloran,
algunos de felicidad,
otros la herencia,
y la nube de recuerdos
inunda en una marejada
a los corazones arrepentidos,
a los no pude despedirme,
y a los eternos románticos.

Hoy todo es podredumbre,
olor a ramos de muerte
flores secas,
botellas cortadas a la mitad
y muchedumbre uniformada.

Hoy todo es cielo,
todo es omnipresencia,
su vida,
su familia,
homenaje,
todo a posteriori,
¿por qué?

Hoy todo es para mañana,
a excepción del fin
del sometimiento
al reventar bajo la presión
de la prensa.

Hoy todos estamos reventados
en este funeral macro olvidadizo
y nos reconstruimos,
puzzles apáticos,
para parecer murallas de piedra maldita.

Mañana no lo recordaré,
pero hoy es un entierro
y nos enterraremos los cuerpos
en nuestros cementerios
y también flechas en la conciencia.

Insisto

Hoy y mañana estaremos muertos a cabalidad

Yo soy sincero
y ya cavé mi tumba
o creo haberlo hecho.

En fin

Hoy es un Ubi Sunt generalizado
y la muerte corre en nuestra sangre
y yo y generalizado corremos a ella
y la verdad ya no vale la suerte
si nos vemos destruidos
ante el mañana
y el túnel oscuro y finito de la muerte.

viernes, 25 de julio de 2008

Turbante

Me turbo

Te extraño a lo lejos,
a veces ferviente,
a veces no lo hago.

Solo sé que eres un retazo
de las nubes que sollozan
en el ventanal descalzo
cuando me llaman las agonías
del pasado o mis días,
y este visor diáfano
solo camina y camina
con premura por mis alrededores
y yo lo tomo en brazos
y lo admiro
y lo remiro
y lo suelto
y lo dejo ir
pues quizas es solo lejano
es solo a veces,
y otras no lo hago,
es más,
solo me turba.

lunes, 21 de julio de 2008

La acaricié

Alguna vez la acaricié
y sentí que traspasar las murallas
no era imposible,
pues solo eran pequeñas lianas enruladas.

Alguna vez la acaricié,
cuando la luna nos miraba.

Pensé que los astros
se teñían pardo
y flotaban
a mi alrededor
y reían dulcemente
y yo junto a aquellos compases reía
y me daba el lujo
de admirar los cielos
cuando estaba atado
a los libros autoritarios.

Alguna vez la acaricié
y me encantaría tenerla
bajo las lunas verborreicas
que gritaron alguna vez
las melodías de los pétalos
solitarios y arraigados
a mi boca,
que la quiso acariciar sutil y largamente
cuando me llamaba a lo lejos mi sien.

Quizas la acaricié
y ojalá pueda navegar en su pequeña boca
despues de estos días de roca
que solo se embelesan con su voz
y los destempla y triza.

Solo con sus coros pequeños,
sus corillos,
sus pequeños coros,
esos infantes endulzados
que invocan mi norte,
mi norte gande,
que a veces creo mi dulce muerte,
pero a veces benevolente vida,
quizas la acaricié.

Ojalá la cubra algún día
con mis copas cálidas y cándidas
y yo más no sé,
quizas no la acaricié.

viernes, 18 de julio de 2008

Poesía y destrucción

I

Yo no soy un pequeño Dios,
sino que el mundo circundante
forjó mis manos y mi frente
y yo solo me fundo en ellos
para emanciparlos de las goloncinas que ofrecen
los sillones y los pecebres,
los tronos y los conos
que nos colocan al frente.

Yo no soy sino un esclavo
de los creacionismos que usaron
los poetas verdes
al vendernos y al lucrarse
con la longevidad
de nuestra gente.

Longevos peones
que son tristes "tal cual los desiertos sin mirajes"
se resguardan bajo las dos creaciones
que plasmaron los pequeños dioses
para atarnos a sus bolsillos,
ambas superiores a nuestra esencia
creadora para destruir.

Yo no soy un pequeño Dios
si no que soy un gran sometido
tratando de buscar llaves
para quitarme uno de los eslabones
que mas de una vez nos han reprimido.

Para ello he usado mis poderes de mortal
y ya a una de aquellas derroqué
pero me quedan millones por soltar,
y no se si lo he de lograr.

Pues por ello
yo no creo,
sino que recreo
las miradas para crear
solamente sedición,
crear destrucción de aquellos colgajos
que todos los medios hacen inescrutables
y nos hacen ver a nosotros
como algo erróneo,
como inmorales, inpensados,
incomprensibles, inexplicables.

Eso es lo que somos poetas,
somos rebeliones caminantes,
somos despedazadores de la realidad,
somos bombas fulgurantes,
somos tropas de verdad,
somos la antítesis,
somos los despedidos.


II

Yo como pequeño hombre
sobre mi nube terrenal
he de bombardear
los cielos nubosos
que nos matan
matan con sangre,
matan con hambre,
con muerte, con reformas,
con agua de alcantarilla disparada,
con balines de goma,
con lágrimas gasificadas,
nuestras sonrisas acaudaladas.

Yo hombre-poeta
me declaro hombre y no planeta,
pluma y no cielo,
vuelo y no creo,
salto, pero no me estrello,
y soy simplemente simple,
como un homo sapiens sapiens,
como un mono evolucionado evolucionado,
como un ser tangible tangible,
como un individuo consciente consciente
de mi existencia real real.

Por consiguiente:

No soy Dios ni lo seré

Yo solo po-ateo
las po-atias
que nacen y nacerán siempre
de los corazones de hombres
que regados por contextos
empiecen a florecer
sobre las creaciones malvadas
de los poetas del papel verde
y griten gritando destrucciones
destrucciones de papel,
destrucciones de todo,
destrucciones y renacer.

martes, 15 de julio de 2008

Mi casa es una industria

Mi casa es una industria
de los humos que nacen
de las razones empotradas
en nuestros cuerpos.

Son humos caminantes y solidos
son antropohumos,
son nubes lógicas,
o locas
o divagantes
o hermosas
o utópicas
o simplemente no son
sino una leña
que cae en si mismo
corriendo
y se excita
e incita
a nuestros gases neuronales
a que se condensen
en las letras,
en los puños,
todos industriosos,
bajo la pugna
que ejerce la demanda
de la oferta
sobre nuestras espaldas
chuecas y malgastadas.

¡Qué grande y maldita la miseria
y mi casa es una industria!

¿Somos todos obreros
o es mucho el dioxido de carbono
y por ende cefalea?

¿Somos ladrillos, ajedrez,
legos, logos
bajo la cosmogonía del numo?

¡Qué pequeña y altiva
es nuestra chimenea
de cristal que brilla
cuando llueve el sudor
radiante en la tarde,
del esforzado martillón,
del duro maquinón,
esforzado y duro goterón
que muere en el crepúsculo,
y se despide
con una expresión gaseosa de factoria
que remese
con sus poderes fácticos
la factura de nuestros colores
que se van con cada martillada industriosa!

¡Mi casa es una industria
y hasta mi perro un proleta!
¡El patrón no esta en casa
si no en su sillón de primera!

Esta pequeña sede acéfala
y financiera
llora en sus paredes,
ferrosas y de tierra,
y también sobre el terruño
sus lágrimas sanguinolentas
para hacer desaparecer
en una plaqueta sólida
la cara de la chimenea
que nace del yugo
apático e invisible
de la balanza.

Lloran todas las casas
junto a la mía
y sus máquinas
el aceite de sus duros sacrificios
al llegar a sus refugios renovadores
cuando emerge de sus copas el humo,
humo casero,
humo de industria,
¡mi casa es una industria!,
y lamento este hecho,
simplemente,
humeando a la luna.

miércoles, 9 de julio de 2008

Indigestión Verbal

Tengo una indigestión literaria,
una diarrea verbal,
una verborrea acorralada
en mi corazón estomacal
que no me deja pensar,
solo irracionalizar,
haciendo de un cerro calvo y bello
un cabello,
y de un caballo
un cobayo,
que corre en su jaula
libérrimo y no desesperado.

La noche me sabe a día,
no me sabe a apatía,
¿o no che?

Quizás no sé
y el cabello parezca
mas al sin saber volcado
con su ureola ambar
y su suave a-brazo.

Mejor correré al baño
y regalaré a la imprenta
el producto final
para que por el ducto difunda,
sin dos veces fundar
el nombre de mi loco bien
- ¿o mi loco mal? -
y llegue como manantial límpido
con un goteron impío
a tu habitat innatural
sin que un caballo impida
que circule el agua fría
a travez de la cañería,
y así podamos cabalgar juntos,
todos alienados,
en cobayos
por los cabellos
o por el no sé
y escribamos en las cadenas
noches que son días
en todas horas
al amanecer.

domingo, 6 de julio de 2008

Sorbo de agua lítica

Crepita el agua lítica
de los ojos maternales
que llueven acaudalados,
misericordiosos,
desesperados,
sobre las miserias,
que a veces parecen contigencias,
y más que ello,
son emergencias,
son llantos,
que cubren como mantos
a cabalidad, en cantos,
nuestras cabezas
para refugiarnos
y levantarnos
en torno al haz espiritual
que emerge de la paternidad,
calido manantial,
y así levantar a nuestros brazos,
y los brazos a nuestros pasos,
y ambos a los caidos,
que han sido víctimas
de la crueldad terrenal.

Brota el agua de la roca
como también brotan
los misiles, el hambre,
las guerras, el egoismo.

¡Por qué no brotamos nosotros
hermanos,
en canticos de gloria,
en tres sorbos de agua lítica,
en tres violetas
y en tres tiempos!

Brotemos
para bajar del cielo
un rocoso sorbo
que bañe de vida sempiterna
a la nuestra
y entonces vibrar de alegría,
de gozo
y de empatía.

(con este poema gane el 2do lugar en el encuentro cultural marista de poesia)

viernes, 4 de julio de 2008

Pasos Enteros

Pequeño lucero
brilante y certero
dame un abrazo
y atame con tu lazo
de lino descalzo
y dame de él solo un retazo
para sentirlo y cubrirlo en mi regazo
cuando cante brillante el ocaso;
por favor refugia mis ojos en el caso
de que el camino se vuelva escaso,
para que planeen por el cielo raso
haciendo de él un paso
para nadar en el vaso
de los sorbos en los que me baso
y de beber nunca me canso,
para levantar a mi acrata de un brazo
e inyectarlo en un balazo
a mi amor libertario que ahora repaso
para dejarlo flotando primero
en las actas de los enamorados mediados de febrero.

martes, 1 de julio de 2008

Aterrizar

Te haré aterrizar
imagen alienada,
en mis termas de cristal
para que te bañes
en su calidez
y te pueda abrazar
entre las montañas
de bermellón, de ambar,
que emanan de su fuego
y este envuelve y no suelta
al que danza en las aguas
que ha de detentar
bajo las liras y sones
del cielo, mi mar,
cuando sonrisas llueven
en la lluvia que van a aclarar
las nubes y soles,
y ojos, y dones,
que piensan florecer
cuando la primavera llegue
y el invierno comienze a fenecer

lunes, 30 de junio de 2008

Antropomoscas

Moscas con sus susurros molestos
vuelan sobre mi espalda
y trato de pensar
y los pensamientos huelen a mosca,
y a un susurro crepitante
de metralleta escritora de insultos voladores
que impactan en mi lapiz
y se estacionan en el papel.

Son antropomoscas
y son elocuciones inútiles
las que emanan de sus alas desplumadas
y de su esencia de parásito itinerante.

Ya vendrá el insecticida
que haga de su tiempo
un vuelo productivo
y no un encadenamiento
a eslabones del hambre.

sábado, 28 de junio de 2008

Las Campanas y los Susurros (escrito en el verano 2007-2008)

I


Oh , las campanas truenan,
truenan sonidos
blasfemados,
heridos,
golpeados por balas
disparadas
atentas, atestadas,
salidas del cambio
cambiadas por la niebla
dominadas por trenzas,
trenzas gruesas,
trenzas cósmicas,
que exclaman
exclamaciones
figurativas
de otras exclamaciones,
de otros objetos
que caían gravitatorios
a las puertas
que se abrían
y se cerraban,
y abrían,
y cerraban,
la entrada,
a otras entradas
que osaban entrar
al mundo claro,
al mundo oblicuo,
de rayos ostentosos
de tanta luz,
luz brillante,
intelectual,
inimaginable,
intangible,
corriendo por diferentes lugares,
por nubes,
que caen y golpean
con fuerza, con vigor,
con esperanza y rigor,
con disparos y granadas
las doradas campanas
que empiezan a cantar
desafinadas,
oxidadas,
de tanto golpe,
de tanto escarnio,
de tanto galope,
galope asesino
galope rápido,
aventurado en los bosques,
bosques de espinos,
espinados y venenosos,
sangrantes y violentos,
que hieren y hieren
y lento,
lento y compacto,
compacto pero con fuerza,
con fuerza vehemente,
con fuerza estranguladora,
de grandes gigantes
que pisotean las nubes
con sus plantas poderosas,
con sus dedos aplastantes
y sus uñas olorosas,
que al comer golpean
sus dulces meriendas
para ablandarlas
y así sus migas
caen con desidia
sobre los bronces resonantes
resonantes de tristeza,
resonantes de oscuridad,
resonantes de tinieblas,
tinieblas oscuras,
oscuras y tenebrosas,
que enervan las carnes
al punto de dejarlas caer
por ríos de sangre,
ríos frondosos,
ríos brillantes,
que se alzan
y se emancipan
de los corazones crueles
que gotean su veneno
como ácido sincero.

ácido y mortero,
mortero y genocidio,
huida y asilo,
asilo candoroso,
cálido y hermoso,
que refugian las campanas,
lejos del sufrimiento,
lejos de los bombardeos,
de recuerdos ácidos,
de recuerdos sangrientos,
de estucadas profundas,
profundísimas y difuntas;
difuntas,
pues su alegría
se ha separado de la vida

Aunque así no es siempre,
por ejemplo,
a veces, como ayer,
en el que las campanas
solían cantar
notas rubíes,
notas que escritas
parecían cuadros,
parecían luces,
parecían llantos
de emoción,
llantos iluminadores
creadores
de nuevas melodías,
que reparan a la campana
decaída y roñoza,
para levantarla
alegre y poderosa
como hoy día,
en el que un arrebato
levanto la bandera
de la guerra
a la oscuridad,
bandera de la libertad,
sobre la tierra
en la que se alza cantora,
la campana sonora
y bella.


II


Parecen escapar lentos
los susurros, como viento,
susurros fantásticos siento,
que vuelan de las bocas sin tiempo

Escapan sucios, con miedo
de las cerradas bocas con hierro,
hierro censurador, que yo no llevo,
por las pobladas calles en el suelo

En cada una de ellas
se ha plasmado aterrada,
la marca separada
de los sin techo y sin pan.

Quizás con pan,
pero pan fungoso
pan desechado por bocas llenas,
pan vomitado de los sacos con dinero.

Quizás pan momentaneo
que solo llega un dia al año
como la sonrisa a la tierra
de mis campos, la tierra desolada.

Solitaria mi tierra y mis campos
que parecen hablar con gritos
gritos desesperados, que parecen susurros,
susurros nublados, refractados.

Reflexionados por sus hojas
como un dulce lema,
por el que se da la lucha
la soleada lucha eterna.

Lucha al lado de los susurros,
en contra de los sucios timadores,
que nos han traicionado
y nos han flagelado
con látigos y piedras,
con esperanzas sempiternas.

Quizás levantemos con alevosía
nuestra bandera,
crepitante de susurros,
susurros completos,
susurros que son gritos,
susurros sangrientos,
gritos que son susurros,
pero que juntos forman rayos
que nacen de los árboles,
y derriban y queman las nubes,
nubes parasitas de nuestras tierrras,
nubes amantes de nuestras penas.

Penas, que son solo susurros,
susurros pequeños y débiles,
susurros, solo susurros,
que se pierden ignorantes,
por las calles inmundas
y esclavas del caminar mecánico
de las máquinas vivientes
que suelen susurrar cantos,
como flores violetas
que vuelan por el sol
y parecen estruendosos gritos,
poderosos bombardeos
de populares susurros
que llueven
desde los despejados mantos azules
con forma de gotas, copos
y granizos estridentes
sobre las grandes mansiones,
en las que se lamentan los grandes,
y lloran, y se arrepienten,
al ver la caida del mundo
en su propia puerta,
en la que muchos golpean
con sus dulces susurros
como disparos de armillas,
revolveres de escupos acuáticos y
pequeños ruegos empequeñecedores.

Y se presentan ante las grandes puertas
de los grandes dueños
que estan manchadas
de rojo sudor;
se presentan a sudar
los inocentes susurros,
que tienen el olor magnánimo de la leche,
leche campestre y vacuna,
y entran a las casonas
y son masticados
y son probados
hasta que se van
personificados
en amargas
pazas
arrugadas
y feas,
como tierra deshidratada,
como árbol viejo.


lunes, 23 de junio de 2008

La sinfonia del silencio

Cantan las palabras acrisoladas
en los manantiales
que llueven bajo las nubes de junio
y los temblores de mi estómago
ensimismado e inflado,
mago estoico que refunfuña
cuando no se lidiar con las meriendas,
me avisa de mi próxima huida.

Mis estomas respiran el alma
de las cadencias entonadas
por las voces que me detienen
y piden que cante,
y yo canto,
canto el gusto de aspirar
la libérrima sinfonía del silencio,
que me apabulla
y me deleita
con su sutileza
bajo el lindero
de la tranquilidad y el deseo
que las luciérnagas revuelven
cuando corren coquetas
bajo las penumbras
de las nubes del tintero.

Y yo la escucho
y es más que la sinfonía del cielo,
es mas,
su música luminaria
me llama
y yo a sus lazos de pisadas sigo
y se borran
y yo me detengo
y me encuentro a mi mismo
jugando a crear la sonata
de la utopía simbiótica
y vuelvo a enterrarme en el suelo
y a despertarme
de mi musical sueño.

viernes, 20 de junio de 2008

El sillón

Me sulfura, enerva,
destruye y atenta
contra mi puño altivo
la comodidad de sus tronos
que los atan para no pararse
a ver el alba de los esclavos
destruidos por la hiedra,
desde su ventana.

Se ve como se carcomen
sus ojos, sus vísceras, su boca
y los atraviesa la mala hierba
y por montones,
y los desdobla,
y los sube,
y los deja caer
y corren los borbotones
a destajo
y su sangre sabe
a hambre, a trabajo
y al sufrir que han mostrado eterno.

Y los otros de los sillones majestuosos
siguen escribiendo la indiferencia
en un locus amoenus
que esta más lejos que la lejanía;
son corazones llenos de apatía.

Y yo,
y el alba
y el patio,
somos una olla a presión,
la hiedra nos destruye,
y nos sulfuramos
por culpa de aquellos sillones acolchados,
pues si no fuese por esos pies encadenados,
más bocas cortarían la maleza con sus puños
y describirían sus terrenos,
despues de haber hecho una limpieza,
-hecho que añoro con entereza-
para calcar en sus ojos el mundo ameno.

domingo, 8 de junio de 2008

Credo del Ateo

Yo, como ateo, soy un depresivo y frustrado feliz, pues no digiero toda la verborrea inmisericorde de la obesidad de los monigotes conformistas y conciliadores que habitan en todas las cruci-ficciones dominicales y asesinatos de las conciencias desesperadas.

Yo estoy deprimido y estoy frustrado, pues veo que la elocuencia y benevolencia de sus frases y oraciones no hacen más que cavar las tumbas de nuestras cabezas para cubrirnos y no escuchar los gritos y no escuchar las lágrimas y los vómitos de nervio, y nos encarcelan en sus burbujas celestiales y en sus tronos utópicos llenos de diezmos que alimentan las mentiras de su cabeza.

Mi yo ateo, es un yo con sentido, pues sus lágrimas llueven en el mundo para libertarnos, para pintarnos de colores reales y terrenales e infinitos y superficiales, y también profundos, como el abismo galáctico que apresa a las mentes cegadas de su frustración y de sus problemas, que se desconectan de la tierra para flotar en la nube falaz de las ridiculeces máximas y de la tranquilidad narcótica de las infinitas cruces pegadas y colgadas que han de colgar sus cuellos a los cielos de las catedrales.

Mi sentido es la vida, la que toca, derrumba y mece nuestros pasos de tijera, que cortan los pulmones de la tierra y crean figuras con forma de eses tachadas verticalmente, que tachan al mundo, tachan la libertad, nos tachan, uno a uno, a medida que pasa un segundo por el empedrado en el que nos erigimos. Pero esperen, ya caerá el empedrado que nos sostiene y nos borraremos de los planes de la evolución dialéctica que se encuentran en los cuadernos dorados que redacta el tiempo.

A mi me dicen el supratachado, el ultradepresivo y el megafrustrado, mas no han visto las cruces que llueven sobre sus cabezas y sobre sus espaldas, y que cargan, cargando las caras de suicidio, las pistolas cargadas, los brazos cortados y las cabezas dislocadas.

Yo no confío en Dios, mas si en sus supuestas criaturas. Yo creo en el hombre y en sus creaciones. Creo en su facultad revolucionaria y modificadora, que puede hacer de una piedra una escultura altiva y un refugio magnánimo. Creo en su puño que labra y obra para hacer vida ,y en la unidad de cuerpos y corazones como la perfección única, la perfección indudable, como verdad absoluta, como cambio cualitativo de las conciencias y cuerpos a un estado supraconciente, suprapulsional, suprafálico, y suprasentimental.

Creo en los poderes humanos y su dualidad destructivo-creadora, en su Libertad, como base de la evolución dialéctica, como base sólida de que nuestras manos vuelen, caigan, luchen, construyan, demuelan, acaricien, y aprieten el gatillo para emanciparse de sus cadenas, de sus dioses tanto antropomórficos como metafísicos que reprimen y enjaulan las miradas, los amores, las marchas, y las misiones de los pájaros multicolores que quieren volar a la eternidad pre-mortem.

Finalmente, creo en mi, como ser frustrado que soy, como hombre, pero a la vez como ser armado de martillos y de fusiles, de hoces, de ideas y de voces forjadoras de proyectiles derrocadores de falacias. Por consiguiente creo en mi ateísmo como llave a las puertas desanimadas y pesimistas, para entrar a un mundo distinto, tangible, pragmático y terrenal que nos alimente de infraestructuras bondadosas, para crear así una magnasupraestructura llena de humanidad y de libertad y de amor y de verdad.


martes, 3 de junio de 2008

A la mujer de los caminos

¡Mírame mujer de los caminos!
con tus pasos cotidianos,
con tus brazos de roca
y con tu cálido nido.

¡Dame solo una mirada!

Mejor lánzala solidificada
a las jaulas empaladas
para reterner sus vestigios
de fertilidad alienada
por los dibujos sutiles
de los lugares amenos
y de los paraisos perdidos

¡Lánzame una mirada!

Tal vez podrías guardarla
para el que a tus ojos encantara
bajo tus labios de escarlata
y los claros de tu piel tersa y palida,
como los ojos de la tierra.

¡Mejor guárdala!

Mujer de los caminos,
mujer errante,
flor emancipada
de las urbes oscuras,
pantanos en pena,
pues tus haces libérrimos
de tu alma
calan profundo
en la caminata cotidiana.

domingo, 1 de junio de 2008

¿Magia?

¿Magia?
¿Qué es la magia
sino algo efimero
y antirreal?
¿Qué es sino
todo lejano,
todo muerto en el rellano
bajo el paraguas del peral?

¡Magia!
¡Te has volado,
te has evaporado,
cuando corría el sol
quemando con dolor las voces
y ahora nos han acallado!

Magia,
tal vez en tu regazo abrigaste
la predicción y el fenecer de la mañana
al caer en tus manos aplastantes
de alicate de papel.

Magia,
mis conjuros ya no funcionan
cuando trato de aclarar
el lodo de mi mirar
en tu seno,
cuando me conjuran
con veneno
bajo el camino al caminar
en la pampa del sueño
y en el desierto sureño
de mi verde soledad.

viernes, 30 de mayo de 2008

Lo mio

Mis manos se borran en la distancia
y el ansia de sumergirme
bajo los pasos de tus pechos de anís
me sumerge,
mas no en ellos,
sino en el pozo profundo
de los olvidos sempiternos
del universo

Mis ojos se degradan
en las pantallas
y se auto-engañan
y cometen felonía
contra conos y bastones
que esperan impacientes
retratar las lomas y praderas
y el puente y los bosques
con sus lanas enrolladas.

Mis poros están de pie
ante el recuerdo de las visitas,
que lo visitaron ayer
cuando el alba caía
sobre los corazones
que batallaban
bajo la sangre coagulada

Mi tacto se borra en la cercanía
de tus muslos desnudos de marfil
bajo la luna de los lamentos inocuos
que corren sobre las riberas,
heridas y demacradas,
al caer la tinta,
roja y sanguinolenta sobre mi.

martes, 27 de mayo de 2008

Para mi tierra

Ya me has acallado, pequeña dulce tierra. Yo decaigo y me levanto sobre tus hombros de piedra, y tus bufandas plateadas y verdes abrigan mis ramas pequeñas, secas y quemadas. Yo me miro y miro al espejo brillante, que corre por tus venas y entrañas. Lavo mis raíces en tu sangre y mis hojas después crepitan su dulce frescura. Me alimento de tus ojos y de tus lágrimas, lágrimas desenfrenadas que recorren tu esencia sólida y desolada. Mis hojas son acariciadas con tu aliento a miel y a viento, y bailan con la batuta de la banda embelesada, que con sus cánticos altivos alimenta a sus caudillos, y los proyecta hacia el cielo, como la meta de las miradas perdidas y enajenadas.

Ya te siento silenciada, mi tierra agria y estirada, siento tus hormigas que marchan por tus caminos lanzando sus estribos a las caras de sus esclavistas. Sus cascos caen y yo los miro. No gritas con tu voz mi tierra. Han robadote el habla. Yo trato de hablar con tu voz y solo mis hermanos te escuchan, y me responden solo con sus hojas, que se mueven sonrientes al atardecer.

Ya los has acallado, tu voz ha gritado mi tierra, y ellos se han borrado en tu furia. Tus puños se han inyectado de tu ausencia, y ellos lloran en las penumbras por que ya no los miras y porque los has evitado. Yo te espero mi tierra para que nos reencontremos en el amanecer de todas sus dudas, y mientras tu te ausentas me guardare en tus huellas y en las dunas, para aclararte y aclararme.

sábado, 24 de mayo de 2008

Mi amigo

Mi amigo liberrimo admira los dos astros
en el manto azul de los versos diáfanos
y su desazón parece haberse ido con la brisa
cuando en la tierra abundaba la risa
en las cosechas de las lluvias hechas trizas

Quiero que llueva todo el dia bermellón
sobre las cabezas de mi amigo medallón
y la mía, roedor de los andrajos de diario
de los anchos jinetes de los equinos heridos
que caminan a cuestas por caminos perdidos

Los astros gruesos, ambos heliotropos,
caducan mirando a su superior, y en ellos me arropo
bajo el negro manto de la negra desgracia
pero no me abrigan con su alma rancia
en el inhóspito campo de campeadores y lanzas.

Mi amigo admira a los lejos a Acracia
y mira atras con lamentos sin falacias
ni tampoco tercos arrepentimientos
pues el sendero se abre, no te miento,
cuando su fuerza arde en el tiempo

Yo simplemente existo ahora
y dejo que me sobrepase la hora
de los porvenires y los pasares
mientras estos no me lleven a bares
para repetir la amargura en pares.

Ojalá nos suban los humos
a la yemas, saliendo de los puros
que fumen los grandes enajenados
para que los locos helados
plasmen sus dedos en nuestras manos.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Fragmento del amor

Quizás solo en ella te presentas,
¡Oh, alimento de mis días!
cuando solamente me rozas
o solamente me miras.

Quizás solo me encantas
o con tu voz me abrigas
cuando tus canciones cantas
en las rocas, en las piras.

Quizás nos envolvemos en tus brazos
y tus siervos gritan de locura Eros
al escuchar nuestros rojos pasos
en tus caminos de rojos tinteros.

Y quizás su contenido derramamos
en sus papeles llanos y blancos
y dibujamos de rozas ramos
cuando pisa la pasión con su taco.

domingo, 11 de mayo de 2008

Estoy esperando

Ya te estoy esperando sentado,
mi pequeña luciérnaga divagante,
en mis cosechas frondosas y belicosas
esperando y recordando tu luz fragante

...No me robes el recuerdo...

Ahora ya no estoy en mis cosechas,
estoy escondido en los recovecos
de las oscuras tierras derechas
rellenando con la espera los grandes huecos.

...Encuéntrame en la oscuridad...

Ahora insistente estoy esperando,
ansioso bajo los ojos de la tierra,
los tuyos para que sigan a los mios iluminando
pues esta caminata redundante me aterra.

...Ilumíname para iluminarte...

Solo el puño de la tierra me protege
de estas lluvias cruentas e irreverentes
que se cuelan por la fibra que la teje
consumiéndole la vida, y la mía, que a ella es inherente.

...Dame el armadura de las penas...

Veo tu silueta a lo lejos caminando
y ya descansa mi alma en mi sonrisa
a pesar de que en porciones te vas presentando
y no como en otras, que llegas de prisa.

...Quédate en la eternidad...

Me quedo ahora acariciando la pulcritud
de mi libertad, escritora del porvenir,
forjadora poderosa de mi actitud
y de los fuegos de mi vida martir.

...Edifica mi camino...

¡Sí, por favor!
¡No me robes el recuerdo!
¡Encuéntrame en la oscuridad!
¡Dame el armadura de las penas!
¡Quédate en la eternidad!
¡Edifica mi camino!
¡Y forja las espadas que
mis puños de tierra esgrimirán
cuando las guerras me llamen,
me llamen a matar!

miércoles, 7 de mayo de 2008

La verdad de la nada

La verdad es que te odio
con el más profundo amor
de mi alma

La verdad es que nada
pareciera ser cierto
cuando te guardo en mis bolsillos,
del odio caudillos,
cuando tu cara anochece
y mis puños se crispan
y golpéan mis pies
para no caminar a tí.

La verdad es que te odio
con toda mi alma
pues pareces ser
la reencarnación de mis enemigos
y a la vez la dulzura enajenada
de los brazos del hilo que separa
a lo que más amo
y a lo que más odio.

Te amo
con el odio de mi alma
cuando te entrego los latidos
fermentados en aquellas miradas,
y ¿por qué?, yo no sé.

Somos el prefacio del amor y el odio,
somos la tesis de la destrucción masiva,
a priori unión,
a posteriori no lo sé.

Somos correspondencia poco correspondida
somos amor poco amable
somos odio bastante odiable
y somos la nada.

Soy nada, eres nada
somos iguales, pero diferentes.
somos amor y no lo sé
somos algo, eso lo sé
pero ¿cómo?.

Somos la guerra de guerrillas,
somos un soneto y una lira,
somos amor y cuaderna vía.

Somos consonancia
somos asonancia,
somos arrogancia,
somos uno y mil,
soy tu, soy yo,
somos, eramos y seremos.

lunes, 5 de mayo de 2008

El día del Azufre

Hoy desperté caminando por la calle.

Sí, quizás suene extraño, pero no parece tan ilógico después de que un auto que pasa sobre una fosa de barro cumpla función de una alarma deletérea.

No desperté antes, pues ayer me acosté tarde por razones personales…mejor dicho por una mala apreciación personal. Fue culpa de una chica desordenada que de lejos parecía sensual. De cerca el tequila hizo su trabajo.

Como dije, fue un auto y un mal despertar, e irónicamente una grosería por parte del chofer del Mercedes que reemplazó mi ducha matinal por aquel dulce rocío. Su cara de estrés y prepotencia me recordó al señor Piñera, no sé por qué.

Y mi fito descansaba en mi casa luego de haberse averiado. Por lo mismo, con mi nuevo atuendo de lunares café, caminé a tomar mi Mercedes, mi lujo personal, que nunca puedo dármelo, pues requiere de mucha paciencia, mucha inversión de tiempo que no tengo ahora. Alcé mi mano para que este se detuviera en el paradero, después de haberlo esperado más de media hora. Con el mejor de mis ánimos subí escalón tras escalón, y con una mirada sutil el chofer me dijo – Buenos días caballero – y yo en mi interior grité - ¿¡¿¡¿¡BUENOS DÍAS, BUENOS DÍAS!?!?!? – y de mis ojos brotaron balas que rompieron bruscamente la expresión benevolente del chofer, al que, sin embargo, respondí con la cabeza gacha y con una mueca falsísima un buenos días, sólo por cortesía.

Sentado y pensativo empecé a enumerar que cosas me hacían falta, además del trabajo que el maldito de mi jefe me dijo que necesitaba lo antes posible - que poca importancia ya tiene -, y me di cuenta de que me hacía falta algo poco importante en ese momento: El poeta que más de alguna vez dijo sus rimas de rapero en tono ceremonioso en ese pequeño pasillo. Recuerdo perfectamente haberlo visto hace unos años insultando a una bella durmiente a la que denominó dulcemente “Claudia Schiffer de cartón”. Mi sonrisa se acrecentaba de sólo recordarlo. Pues me faltaban él y otros que ofrecían las últimas de las últimas ofertas, o simplemente algún trovador que tocaba sus canciones inaudibles al viento.

Ya estaba llegando, cuando vi hacia la entrada de la micro una abuela bastante elegante, hedionda a perfume francés y delicadamente pintarrajeada. Se sentó a mi lado, y sacó de su cartera “El Extranjero” de Camus, y lo comenzó a leer. Yo le pregunte si gustaba de la literatura existencialista. Ella con cara de autómata se puso de pie, indiferente, y se sentó en otro de esos demacrados muebles de cuero, al lado de la ventana, y se quedó mirando el paisaje. Pareció ser que gustaba en exceso del existencialismo y en especial de ese libro.

Extrañado, recordé que bajaba en dos cuadras más, entonces rayé el vidrio con mi dedo un “¡Límpiame!” que quedó estampado sobre el vapor, y bajé. Tropecé con un heladero y quedé más extrañado, pues hacía bastante frío, ayer había llovido.

Sí, recuerdo cada gota de la lluvia de ayer, que veía a través del vidrio contiguo a la puerta de entrada de aquel bar en el que me emborraché. Que bueno que recuerdo solamente eso.

De pequeño he gustado de la lluvia, el ambiente que forma, su textura, su sonido, su esencia melancólica, que absurdamente yo absorbo. Y ayer me tragué a esta última entera, acompañado de un exquisito tequila sunrise y aquella mujer, a la que relaté todas mis penas y experiencias de vida. Tiene que haber estado muy ebria para haber escuchado todo mi testamento depresivo, o quizás era una mujer comprensiva. En fin, ya poco importa.

Caminé apresurado hacia la puerta del edificio, donde debería estar trabajando ahora y subí corriendo hasta el tercer piso, a la oficina 35 si no me equivoco, y entré. Me encontré con mi jefe de frente en la recepción de la oficina, y severo me dijo – Señor Sepúlveda, ya es la duodécima vez que llega atrasado. Sus ojeras expelen y fermentan en alcohol. Esto no puede suceder en nuestra empresa. ¡Está despedido!- y yo le respondí un sonoro “¿Sabe qué? ¡Váyase a la chucha!” y baje caminando con un aire pseudo-victorioso hacia fuera de ese maldito y repugnante edificio. De solo recordarlo me produce nauseas. Entonces respiré profundo el aire contaminado de la metrópolis y pareció relajarme aquella carga excesiva de smog en mis pulmones. A pesar de que había llovido el día de ayer, el cielo no se había limpiado totalmente, de hecho se pensaba que iba a ocurrir una lluvia ácida. Habría experimentado una melancolía ácida.

En ese minuto me pregunté, ¿Qué hago ahora?, y decidí ir a refugiarme al café de un amigo al que estimo mucho. Se llama Carlos. Él tiene una obsesión gigante por el café, de hecho se nota hasta en su piel.

Entre al café, saqué un cuaderno que era propiedad de la empresa, en la que ya no trabajaba, por lo mismo no me iba a servir más, saqué un lápiz de mi bolso y comencé a escribir. Carlos se acercó y me dijo - ¡Buena perro! ¿Cómo ‘tamos? – y yo le dije en tono irónico que estaba luciendo una nueva moda, como podía notarlo. Él no me dijo más y trajo mi café favorito, el de vainilla. Mis bigotes quedaron impregnados del cuerpo espumoso de esa exquisitez, y mi pluma se cargó de cafeína y voló por el papel. Entonces yo escribía y entró una mujer que me parecía conocida. Pantalones rotos, pelo desgreñado, chaqueta de cuero y mirada desafiante. ¡Era ella! ¡La mujer ebria o comprensiva del bar!

Y en aquel momento la recordé en la mañana, con su rostro azufroso bajo mis sábanas, y con sus ropas atrevidas ordenadas sobre una silla. Como dije antes, no desperté hasta el asunto del auto, pues me levanté en una pesadilla real. ¡Maldición!, no podía ser tan mala mi suerte.

La salude agitando mi mano abierta desde lejos. Su sonrisa, sus ojos y sus manos arrugadas me respondieron y apretaron mis tripas, y pareció que por un segundo iba a hacer devolución del café a su taza. Aquella mujer que me seguía mirando con la misma mirada que con la que entró al café, podría perfectamente pasar por mi madre o mi abuela. No aguanté, me levanté y corrí de ese café hacia el metro, me baje en la estación más cercana a mi casa y volé hacia ella. Abrí la puerta de la reja, salte sobre la segunda, que da acceso a mi vivienda, y mis llaves cayeron al suelo y las tomó mi perro, al que golpeé enseguida para que las soltara; hoy no tenía paciencia para nadie. La abrí y desesperado fui al segundo piso y moví hacia un lado las cortinas y las ventanas de corredera de mi pieza para ventilarla y evacuar aquel aire bizarro. Llegué angustiado al baño y vomité. De pura rabia grite -¡Vieja de mierda! -, grito que percibió mi vecina y que pensó que iba dirigida a ella, pues estaba robándose las flores del jardín de mi madre. Ella me gritó desde afuera – ¡Quédate callado, pendejo insolente! -. Aquel sería un asunto para arreglar otro día.

Después de esto decidí tomar una siesta, tanto para conciliar el sueño como para relajarme. Desperté a las 8:30 PM, dormí 6 horas. No me costo quedarme dormido. Baje a prepararme una comida y aquí estoy, terminando de escribir mientras como un rico plato de fideos con salsa. Mañana será un nuevo día.

jueves, 1 de mayo de 2008

Estamos Muertos

Estamos muertos a cabalidad

¿Dónde quedamos?

Nuestras tumbas plasman
las palabras que nos dijimos
en las rosas y en los tulipanes
que el recuerdo arrojó
en nuestros lechos sempiternos.

¿Dónde se fueron los pétalos
que el viento nos robó?

Algunos de los míos
están guardados
en mis hojas,
que ni el otoño seca,
que ni mis lágrimas moja
y que ni el sol quema.

¿Algo nos resucitará?
¿Vivimos?

No lo sé,
quizás estoy muerto a cabalidad,
quizás me di un baño de tumba,
y me enterré bajo el cielo y la luna,
sobre el infierno y la faz de las penumbras.

¿Dónde quedé yo?

Yo me siento sobre mi lecho
y leo mis brazos,
y mis palmas,
y mis dedos,
y tienen plasmados los tuyos
y los siento.

Pero, ¿serán los tuyos?

Me bajé a mi tumba
y cavé en el cielo,
y enterré con premura
la carta falsa de los tiempos,
que eran bombas en mis sesos
y las crucifiqué en la cruz de mi tumba
y desperté con furia fuera de mi lecho

Pues ahora me pregunto:
¿De verdad lo habré hecho?

Yo ya solo fallezco
en la vagancia de mis miedos
y en la estolidez de mis obsesiones.

He acallado mi tiempo
y mis pretensiones,
culpando a las alucinaciones
que matan y despellejan
y escupen y entierran
a todas mis expresiones.

¿Qué haré?

Nada más que dejar de suicidarme

Que la primavera y el invierno
no me hagan fenecer
y me digan que mi tumba
me ocultará de la luz
por vidas enteras

Fusilaré al cementerio
y al sepulturero
y la vida eterna seremos todos.
















(Feliz día para todos los trabajadores
que la lucha de ellos florezca en rebeliones anti-sistemicas,
, que puedan derrocar al yugo que los oprime día a día
y echen abajo a los culos sodomitas de los gobernantes
hacia un abismo sempiterno,
para que podamos ser un poquito más felices
en este mundo medio revuelto )

miércoles, 23 de abril de 2008

Presentación

Hola

Soy la pluma de las nuevas esencias
y de las nuevas locuras,
Soy nuevas sonrisas
y nuevas tinturas,
Soy mañana por la mañana
y también soy la madrugada,
Soy la lujuria más recatada
y el conservadurismo libertario,
Soy la conclusión del viejo ensayo
y la antítesis del nuevo y mejorado,
Soy praxis y teoría,
Soy nubes y relámpagos,
Soy no sé y sabiduría,
Soy consideración y apatía,
Soy indiferencia y preocupación,
Soy tierra y no nación,
Soy bosque y soy bosquejo,
Soy seguridad y estoy perplejo
por toda la tinta que crepito,
Soy espada y soy escudo,
Soy servilleta y soy escupo,
Soy eterno y soy mortal,
Soy tu boca y soy callar,
Soy destrucción masiva
y soy de la paz misiva,
Soy fuego y soy pavor,
Soy pésimo y soy lo mejor,
Soy pluma de plumíferos ilustrados
y de los tercos ensimismados,
mas no sabría decirte
en menos de dos palabras
qué soy,
pues no puede mi simpleza
simplificarse en un
yo hoy.

Quizás ayer,
quizás en cien años.

Pero que no os parezca extraño
pues el que puede reducirse a solo una
será la nada de la angostura
de nuestro abecedario.

Así que mientras gobiernes a tu tintero
no temas a tus balas y a tus morteros,
pues de tus cuadernos la destrucción
desencadenará en ellos la revolución
y te hablarán y te gritarán
en sublevaciones máximas del poder
la nueva tinta que se proyectará
en el nuevo papel.

sábado, 19 de abril de 2008

Arbóreo fenecer

Cuando caen las hojas
yo me transformo en un neófito
de lo que se pone amarillo y café
en mis ramas que se mueven
al compás del soplo de la novedad
de los globos inflados.

Cuando caen, me caigo,
cuando se ponen café, yo también
,cuando tu sabes, yo sé
y porque tú, yo también.

Cuando caen aquellas hojas
y soplan los aires del sur,
yo me trato de ir al norte,
como un proyectil crítico
de toda la masa acribilladora
de mis hojas,
cuando caen las otras
en el atardecer
en esta estación
del arbóreo fenecer.

martes, 15 de abril de 2008

El Árbol y la Paloma

En mis hojas caiste
pequeña paloma

Mis benevolencias frutales
te ofrezco, pequeña indefensa,
pues parecen estar maduros
como tus plumas blancas y tersas

Blanco guiño del cielo,
que flota en las nubes, sobre mi copa;
con mis ramas protectoras
y con mis lanas arboreas te abrigaré
y te vestiré con trajes verdes de gala
para que dances al amanecer
un lento y dulce vals
y les des un toque azucarado al viento
para dejarlo preso en mi mirada
y ablandar con tu dulzura
un poco esta tierra agria,
y así levantarme
y llevarte a un lugar asoleado
que tenga tus plumas en invierno
y en verano tu luz,
tu mirada en primavera,
y en otoño tus manos,
para que recojan mis hojas
al llegar esos días
en los que en mis ramas
dormirás de nuevo
mi pequeña y dulce ave.

sábado, 12 de abril de 2008

Hoja

Caía suave por el aire una hoja
y se presentaba
con una dulce reverencia.

Sobre mi cabeza esta ya danzaba
al mostrarme coqueta la inclemencia
de su belleza otoñal
en un cambré risueño y singular

Parecía mofarse lejana
con su sensualidad liviana
hasta que su acto terminó
al aterrizar, cual caida de dominó,
sobre el suelo con un último cliché:
se fue brincando sutíl con un chassé.

martes, 8 de abril de 2008

El miedo de las nubes

Tiritan las nubes
en este impacto estruendoso y cálido

Amanecen escondidas y
miedosas, pues van a ser destruidas
o desterradas de su tierra, la que empezamos ahora a conquistar.

Tal vez se muden con nosotros
en nuestros patios, en nuestros lechos.

Lo que si no creo, es que cubran
o escondan nuestro eclipse radiante e infinito.

Haciendo de él un simple vacío;
antes tendría que dejar de existir el sol, que
bajando en caida libre
inunda nuestras miradas y nuestros
aciertos, nuestros todos, nuestros tiempos.

Dime tú,
inspirando al aire para que me sople
cientas de cintas que tautológicas me
hablen de tí, que el
océano superior es totalmente nuestro.

Así tranquilo
navegaré por él,
timoneando, timoneando
este gigante y titánico galeón
surcando el mar hasta el amanecer.

sábado, 5 de abril de 2008

Destierro

Tanto te ame mi tierra
en este destierro temporal
y no lo sabía.

Tanto te soñé mi tierra
cuando caminaba sobre el vacío
y nunca recorde una gota del sueño.

Tanto te grite mi tierra
al gritar mi soledad, mis penas
y nunca me escuché

Tanto te sentí a mi lado mi tierra
cuando percibí tu aroma
y nunca pensé que era el tuyo.

Tanto tiempo mi tierra
que te anhelé
y sin embargo te tenía.

Y ahora te tengo, y lo sé,
pues llegue del destierro
para quedarme en el abrigo
de tus cuencas y montañas,
bajo el alero de tu seno,
para que tu me consueles
bajo el calor de tu luz
y yo consolarte al sembrarte
de vida y de semillas
para alimentarme y alimentarnos
de dinamismos duales
que nos hagan vivir con alegría,
esa que solo me da tu tierra,
esa que solo te da mi trabajar,
cada día de siembra,
cada día al caminar.

domingo, 30 de marzo de 2008

Sueño

Tengo sueño,
tanto sueño,
que el aire parece
sentarse en mis pestañas
como una pesa
de cien kilos
y parece lanzarse
sujetado de
mis párpados
hacia el vacío.

Es un sueño
gigante
o un gigante
del sueño,
que patea mi cabeza
como pelota de fútbol,
y la hace caer
hacia la comodidad
de plumones
de mis brazos
cuando tengo que
mantenerme erguido
como un tronco
majestuoso.

Pero ahora parezco
un fideo cocido
lacio y distendido
tratando de atender
algo de lo que tengo delante
a pesar de que todo
desaparece y desvanece
en nieblas
de bostezos
y a pesar de que mi esencia
de harina
se doble
y se arquee,
echándose sobre esta mesa
que cumple función
de cama
en esta tediosa
y larga mañana.

jueves, 27 de marzo de 2008

Los tres susurros

¿Un susurro?
¿Dos susurros?
¿Tres susurros?

¡Es un susurro!
de desacuerdos parlantes
que vuelan
sobre la imposición magnánima
de la descontaminación acústica

¡Son dos susurros!
de ondas que colisionan
con las paredes
y consigo mismas,
formando mezcolanzas
amorfas e indigestas

¡Son tres susurros!
que son solo un todo
que significa nada
al caer como cadena
de hierro
de eslabones desiguales
al suelo vibratorio
del oido.

lunes, 24 de marzo de 2008

A la mesa

Te homenajeo,
soporte sabatino
de las vitalidades subjetivas
que emergen
encadenadas
de la mano
de cada sorbo
dulce y amargo,
de cada impresión
marcada
en los robustos troncos
que se instalan
en tus bordes.

Te homenajeo,
pergamino de los cuentos banales,
y de los otros, sinceros,
que se escriben con plumas
y tintas parlanchinas,
sutilmente,
sobre todo,
sobre nada;
Estos parecen cantar
desde las fogatas tabaqueras,
desde los pozos sabrosos,
desde las carcajadas,
desde los silencios.

Te homenajeo
porque me has visto
gritar sonrisas,
saltar las penas
sonreír los gritos
y has acurrucado en tus oídos,
cuna incondicional,
a las peticiones
y a las miradas perdidas,
haciéndolas dormir
tranquilas en tu libertad,
reconocedora de las humanidades
más humanas,
de las monstruosidades
más monstruosas
y de las locuras
más locas.

viernes, 21 de marzo de 2008

Las Cabezas y las Danzas

Al parecer
el primitivismo
se torna racional
en esas cabezas
que parecen agitarse
a la cuenta de tres.

Parece hacerse escudo
y bandera
de sus himnos
pseudo sinfónicos
que vuelan narcoticamente
a sus pelucas vacías
y a sus uniformes
incoloros,
pues parece algo divertido
el hecho de lanzarse
a una trifulca
de fuerzas centrifugas
que te lanzan al más allá
o quizas al más aca
o simplemente al suelo.

Pero bueno,
creo que lo entiendo,
pues no queda más
que golpear al viento
cuando no puedes golpear
al fusil que te asesina,
al látigo que te flagela,
y al frío que torna en ceniza
al corazón.

jueves, 13 de marzo de 2008

Mar

¡Oh, Mar de las nubes itinerantes!,
eres el génesis
de la primavera
que vuela sobre la lluvia
y sobre la niebla,
iluminando las estepas
con tu ojo hermoso,
como cíclope,
que descansa sobre el mar,
y se esconde somnoliento
irradiando su ternura
naranja con el viento
y se esconde con premura
bajo el tiempo,
bajo la luna.

Eres sinónimo
de la dulce nostalgia
y de sus ojos de roble,
profundos como río
que viaja desde las vetas canosas
de mi tierra,
hasta los pies sonoros
que pisan tu eternidad,
sin tiempo,
con suavidad;
puros y transparentes
como el cielo que te ilumina
bajo la pira solar
prendida con espontaneidad
por el ventilador
que te hace bailar.

Eres un lento natural,
que baila
con mi corazón
solo con el mirar,
que me hace mirarla,
¡A ella!,
expresión tangible
de tu constante danzar,
mariposa petalada
de tu blanco rocío,
de tu blanco brillar.

¡Oh, mar de las nubes itinerantes!
te has llevado las mías,
y se han ido con las vuestras,
y su rocío se ha plasmado
con gotas de tinta
en el cuaderno
como rayo sicodélico
de espasmos
que crepitan elefantes
y caen pesados,
enterrandose y fundiendose
con el paisaje.

¿Donde quedaron tus manchas?
¿Están transitando
en algún lugar recondito,
que no he visitado?
¿o tengo que buscar las 20 manchas
en el libro de las 20 fotografías?

...Eso ya no importa,
pues ahora
te estoy acariciando
y pareces responderme
con tus suspiros maritimos
y pareces recordarme
las caricias
suspiradas por mi vida
suspiradas en su pecho
y parezco transportarme
a un paraiso pertinaz,
que desaparece en un verso,
en roce nuboso,
en una salpicada
de tu escencia
a mi boca,
y parezco recordar
que es solo un recuerdo,
pero a la vez,
una letanía
para que me quede
en el recuerdo que me recuerdas,
y no es para vivir recordandolo
sino que para que el recuerdo viva
y deje de ser solo eso,
tal como tu tranquilidad,
que se transforma en ola
y parece gritar al viento
su belleza intermitente,
para atraer a sus pies
a los locos que necesitan respirar
un poquito de tu aire,
aire pacífico,
que se lleva a las nubes
hacia los mantos lejanos,
dejando viva la claridad
en tus fauces.

Por Liniers

Por Liniers

Alberto Montt