jueves, 31 de julio de 2008

Oculto

Se que estás por ahí,
tras hojas y hojas
de versos apasionados
que volaban por el atardecer
de los fuegos fugaces
y tras silencios
que no dejaban de pintar
en cadencias completas
las luces que brillaron
en los espejos acogedores
de ternuras lanosas
y esponjosas.

Quizás te mastiqué
y te defequé en algún lado,
pues no te encuentro.

Solo encuentro a tu antítesis en la nada,
y aquello no me interesa.

Te extraño tanto
en mis latidos exorbitantes
que exhalaban las rosas de mi felicidad.

Te extraño en mis cuadernos sin sentido,
cuando escribía a las nubes y al mar,
en los que nadaba sin treguas;
mas no extraño las penas,
no extraño sus cadenas.

Mi locura me ata ahora
a las veladas de las historias catastróficas
y a las vagancias terrenas.

Pero aun así,
se que estas por ahí,
pero ya no te espero
pues me desespero
al escuchar tus pasos vacilantes,
suspicazes,
por el pasillo,
desafiantes,
aquellos fuegos flotantes
con porta ligas
son pequeñas doradas espigas
que silban
cuando trotan los aires a destiempo.

Yo me desespero,
pues te busco y no te encuentro,
pequeña luna indomable e inalcanzable
que se levanta lejana sobre el infierno.

Es el invierno el que me abriga esta noche
al sumergirme impaciente en este coche
que no tiene aparente rumbo.

Solamente me derrumbo,
y ya no te espero
y quizas no te quiero,
mi amor profundo,
mi amor sincero,
prefiero la locura
que esperar cien años de nuevo.

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Por Liniers

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Alberto Montt