Te haré aterrizar
imagen alienada,
en mis termas de cristal
para que te bañes
en su calidez
y te pueda abrazar
entre las montañas
de bermellón, de ambar,
que emanan de su fuego
y este envuelve y no suelta
al que danza en las aguas
que ha de detentar
bajo las liras y sones
del cielo, mi mar,
cuando sonrisas llueven
en la lluvia que van a aclarar
las nubes y soles,
y ojos, y dones,
que piensan florecer
cuando la primavera llegue
y el invierno comienze a fenecer
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