viernes, 18 de julio de 2008

Poesía y destrucción

I

Yo no soy un pequeño Dios,
sino que el mundo circundante
forjó mis manos y mi frente
y yo solo me fundo en ellos
para emanciparlos de las goloncinas que ofrecen
los sillones y los pecebres,
los tronos y los conos
que nos colocan al frente.

Yo no soy sino un esclavo
de los creacionismos que usaron
los poetas verdes
al vendernos y al lucrarse
con la longevidad
de nuestra gente.

Longevos peones
que son tristes "tal cual los desiertos sin mirajes"
se resguardan bajo las dos creaciones
que plasmaron los pequeños dioses
para atarnos a sus bolsillos,
ambas superiores a nuestra esencia
creadora para destruir.

Yo no soy un pequeño Dios
si no que soy un gran sometido
tratando de buscar llaves
para quitarme uno de los eslabones
que mas de una vez nos han reprimido.

Para ello he usado mis poderes de mortal
y ya a una de aquellas derroqué
pero me quedan millones por soltar,
y no se si lo he de lograr.

Pues por ello
yo no creo,
sino que recreo
las miradas para crear
solamente sedición,
crear destrucción de aquellos colgajos
que todos los medios hacen inescrutables
y nos hacen ver a nosotros
como algo erróneo,
como inmorales, inpensados,
incomprensibles, inexplicables.

Eso es lo que somos poetas,
somos rebeliones caminantes,
somos despedazadores de la realidad,
somos bombas fulgurantes,
somos tropas de verdad,
somos la antítesis,
somos los despedidos.


II

Yo como pequeño hombre
sobre mi nube terrenal
he de bombardear
los cielos nubosos
que nos matan
matan con sangre,
matan con hambre,
con muerte, con reformas,
con agua de alcantarilla disparada,
con balines de goma,
con lágrimas gasificadas,
nuestras sonrisas acaudaladas.

Yo hombre-poeta
me declaro hombre y no planeta,
pluma y no cielo,
vuelo y no creo,
salto, pero no me estrello,
y soy simplemente simple,
como un homo sapiens sapiens,
como un mono evolucionado evolucionado,
como un ser tangible tangible,
como un individuo consciente consciente
de mi existencia real real.

Por consiguiente:

No soy Dios ni lo seré

Yo solo po-ateo
las po-atias
que nacen y nacerán siempre
de los corazones de hombres
que regados por contextos
empiecen a florecer
sobre las creaciones malvadas
de los poetas del papel verde
y griten gritando destrucciones
destrucciones de papel,
destrucciones de todo,
destrucciones y renacer.

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Por Liniers

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Alberto Montt