lunes, 23 de junio de 2008

La sinfonia del silencio

Cantan las palabras acrisoladas
en los manantiales
que llueven bajo las nubes de junio
y los temblores de mi estómago
ensimismado e inflado,
mago estoico que refunfuña
cuando no se lidiar con las meriendas,
me avisa de mi próxima huida.

Mis estomas respiran el alma
de las cadencias entonadas
por las voces que me detienen
y piden que cante,
y yo canto,
canto el gusto de aspirar
la libérrima sinfonía del silencio,
que me apabulla
y me deleita
con su sutileza
bajo el lindero
de la tranquilidad y el deseo
que las luciérnagas revuelven
cuando corren coquetas
bajo las penumbras
de las nubes del tintero.

Y yo la escucho
y es más que la sinfonía del cielo,
es mas,
su música luminaria
me llama
y yo a sus lazos de pisadas sigo
y se borran
y yo me detengo
y me encuentro a mi mismo
jugando a crear la sonata
de la utopía simbiótica
y vuelvo a enterrarme en el suelo
y a despertarme
de mi musical sueño.

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Por Liniers

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Alberto Montt