martes, 15 de abril de 2008

El Árbol y la Paloma

En mis hojas caiste
pequeña paloma

Mis benevolencias frutales
te ofrezco, pequeña indefensa,
pues parecen estar maduros
como tus plumas blancas y tersas

Blanco guiño del cielo,
que flota en las nubes, sobre mi copa;
con mis ramas protectoras
y con mis lanas arboreas te abrigaré
y te vestiré con trajes verdes de gala
para que dances al amanecer
un lento y dulce vals
y les des un toque azucarado al viento
para dejarlo preso en mi mirada
y ablandar con tu dulzura
un poco esta tierra agria,
y así levantarme
y llevarte a un lugar asoleado
que tenga tus plumas en invierno
y en verano tu luz,
tu mirada en primavera,
y en otoño tus manos,
para que recojan mis hojas
al llegar esos días
en los que en mis ramas
dormirás de nuevo
mi pequeña y dulce ave.

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Por Liniers

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Alberto Montt