sábado, 5 de abril de 2008

Destierro

Tanto te ame mi tierra
en este destierro temporal
y no lo sabía.

Tanto te soñé mi tierra
cuando caminaba sobre el vacío
y nunca recorde una gota del sueño.

Tanto te grite mi tierra
al gritar mi soledad, mis penas
y nunca me escuché

Tanto te sentí a mi lado mi tierra
cuando percibí tu aroma
y nunca pensé que era el tuyo.

Tanto tiempo mi tierra
que te anhelé
y sin embargo te tenía.

Y ahora te tengo, y lo sé,
pues llegue del destierro
para quedarme en el abrigo
de tus cuencas y montañas,
bajo el alero de tu seno,
para que tu me consueles
bajo el calor de tu luz
y yo consolarte al sembrarte
de vida y de semillas
para alimentarme y alimentarnos
de dinamismos duales
que nos hagan vivir con alegría,
esa que solo me da tu tierra,
esa que solo te da mi trabajar,
cada día de siembra,
cada día al caminar.

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Por Liniers

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Alberto Montt