lunes, 24 de marzo de 2008

A la mesa

Te homenajeo,
soporte sabatino
de las vitalidades subjetivas
que emergen
encadenadas
de la mano
de cada sorbo
dulce y amargo,
de cada impresión
marcada
en los robustos troncos
que se instalan
en tus bordes.

Te homenajeo,
pergamino de los cuentos banales,
y de los otros, sinceros,
que se escriben con plumas
y tintas parlanchinas,
sutilmente,
sobre todo,
sobre nada;
Estos parecen cantar
desde las fogatas tabaqueras,
desde los pozos sabrosos,
desde las carcajadas,
desde los silencios.

Te homenajeo
porque me has visto
gritar sonrisas,
saltar las penas
sonreír los gritos
y has acurrucado en tus oídos,
cuna incondicional,
a las peticiones
y a las miradas perdidas,
haciéndolas dormir
tranquilas en tu libertad,
reconocedora de las humanidades
más humanas,
de las monstruosidades
más monstruosas
y de las locuras
más locas.

No hay comentarios:


Por Liniers

Por Liniers

Alberto Montt