jueves, 26 de febrero de 2009

Un retrato

I


Como una araucaria
languideze a la mirada,
tus manos son muerte ilusa.

Soy un vago ilusionado con aureas limosnas
desechadas de forma involuntaria
en los márgenes del capítulo de una fantasía.

¡Ese vagabundo!
-zereP nauJ atirg-
Como debe añorar un buen vino.

Y el vago responde
- ¡Callate rematuchechurre,digo rechuchetumare!
Yo no añoro nada si busco una moneda
turbada por los vaivenes inclaudicables
de un puño entumecido por parrafos perfumados.
¡Oh, me huele a una pira convertida en horizonte!


II


Como una llamarada agradable
prescipitando hecha un bólido
sobre una flecha-iris,
tu mirada es violencia complaciente.

Soy un micrero violento y compasivo:
"conductor: si hay camino
y hay que destruirlo al andar";
divagante en un desvio
que lleva al mundo
de siempre-ojalá,
en el que un abrazo oportuno
destruyó un timer de San Pan
(o Sandwich, o Sanguchito)

III


Como un anzuelo de la vida,
tus brazos son eternos.

Soy un pescador de sueños y pesadillas,
en un rio finito,
asi como estos versos.

Pero tengo vocacion de pescador.

El otro dia aparecio un salmón violaceo tornasol,
y se volteo para deleitarme con sus ojos bermellón
cuando salto frente a mi caña de dejar pasar.

Y bueno, asi, quizas soy pez.

No hay comentarios:


Por Liniers

Por Liniers

Alberto Montt