I
Ebriedad magnánima,
yo soy un pequeño duende
ante estos vasos
de mil kilómetros de altura.
Soy un enano
y me superan
y derrotan,
gran ejercito romano,
ejercito armado
de burbujas etílicas,
y yo un pequeño borracho
en este mundo limpio,impecable,
impío,implacable,
de las mundanas verdades
de los tronos absolutos.
II
La infinitud me inunda
en danzas estrafalarias.
Yo soy la lucha
y ellos la guerra.
Nos funden en golpes
galác-etílicos y tabacaleros.
Soy la infinitud.
III
verborreas mareadas,
son nimbos llevados a la praxis
revelada por el materialismo.
Casualidades encausadas
en pulsiones gaseosas,
remarcan las palabras neológicas
que repiten las mágicas realidades
que son pragmáticas
para nuestros sentidos alienados
por elixires.
IV
Decadencia superflua, psicotrópica,
de las mentes brillantes.
Lágrimas mustias, elásticas,
que lamentan la noche,
la locura de mirarte,
de aspirarte
y saborearte,
gran paradoja de la festividad,
lenguas atrofiadas y suicidas
en ríos tridimensionales inexistentes.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
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1 comentario:
Transformas un hecho tan tribial como embragarse en un ritual magnánimo del que todos deseamos formar parte...
en parte para olvidar...o enviar el razonamiento de paseo por un laaargo rato
saludines
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