I
Como una araucaria
languideze a la mirada,
tus manos son muerte ilusa.
Soy un vago ilusionado con aureas limosnas
desechadas de forma involuntaria
en los márgenes del capítulo de una fantasía.
¡Ese vagabundo!
-zereP nauJ atirg-
Como debe añorar un buen vino.
Y el vago responde
- ¡Callate rematuchechurre,digo rechuchetumare!
Yo no añoro nada si busco una moneda
turbada por los vaivenes inclaudicables
de un puño entumecido por parrafos perfumados.
¡Oh, me huele a una pira convertida en horizonte!
II
Como una llamarada agradable
prescipitando hecha un bólido
sobre una flecha-iris,
tu mirada es violencia complaciente.
Soy un micrero violento y compasivo:
"conductor: si hay camino
y hay que destruirlo al andar";
divagante en un desvio
que lleva al mundo
de siempre-ojalá,
en el que un abrazo oportuno
destruyó un timer de San Pan
(o Sandwich, o Sanguchito)
III
Como un anzuelo de la vida,
tus brazos son eternos.
Soy un pescador de sueños y pesadillas,
en un rio finito,
asi como estos versos.
Pero tengo vocacion de pescador.
El otro dia aparecio un salmón violaceo tornasol,
y se volteo para deleitarme con sus ojos bermellón
cuando salto frente a mi caña de dejar pasar.
Y bueno, asi, quizas soy pez.
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